Agua y bosque
Agua y bosque
Por Noé Pineda Portillo
Es una lucha incansable la que realizan los pueblos en contra de los intereses de compañías y gobiernos comprometidos con esos grandes intereses, para degradar el bosque y con ello las fuentes de agua, que es como decir, dos fuentes de vida muy importantes.
“Venimos de un proceso histórico de enfrentar al capitalismo, a la modernización que deshumaniza y mercantiliza la vida, y en tiempos actuales, a la “revolución ciudadana”, que con estrategias, discursos y banderas distintas pretenden seguir despojándonos de nuestras fuentes de vida. No nos reconocemos pobres, pues si lo fuéramos, las empresas y el Estado no nos tuvieran en su mira para quitarnos el agua, la biodiversidad, riquezas naturales que se han convertido en las nuevas bases de acumulación capitalista bajo los criterios de la perversa “economía verde” que se busca imponer como la nueva forma de enriquecimiento de las empresas”. (Párrafo del Pronunciamiento en defensa de la Pachamama y de la vida. Encuentro Ecologista. Noviembre 2011. Ecuador).
Como vemos en estas protestas populares mundiales, estos grandes intereses no solo buscan tierras para sembrar productos y fabricar combustibles, en lugar de sembrar alimentos, que es lo que necesitan los pueblos. Repetimos, esta lucha ha sido constante en los últimos años y todo esto está relacionado con el cambio climático, el calentamiento global, el fenómeno El Niño y tantos otros fenómenos a que da lugar. Por eso, las cumbres mundiales de la Tierra, han tenido tanta resistencia para llegar a acuerdos en la limpieza ambiental, siendo la última que se llevó a cabo en París (diciembre pasado) una cumbre de mucha esperanza por los acuerdos a que se llegaron. Ahora esperemos, que sean realidad las disminuciones de gases contaminantes por esas transnacionales y estados.
En nuestro país, la práctica perniciosa de la tala y quema del bosque, ha sido devastadora y los gobiernos muy poco han hecho para contrarrestarla. Ahora con la plaga del gorgojo que ya lleva varios años de devastación, recrudece el problema para la preservación de las fuentes de agua y la exuberancia del bosque, tanto de coníferas como latifoliar. Observando las estadísticas publicadas en los medios de comunicación son los departamentos de Olancho, Yoro, Francisco Morazán, Comayagua y El Paraíso, los más sacrificados con porcentajes de devastación, en su orden, de 36, 33, 12, 11 y 10 por ciento de cada departamento. Lo que más preocupa, son los departamentos de Olancho y Yoro, pues se acercan a la mitad de cada uno de ellos devastados, quedando en la pobreza lo que antes era gran riqueza forestal y con ello se van las fuentes de agua y toda la biodiversidad, incluyendo las poblaciones humanas.
Con este panorama tan desalentador, digno es que tomemos seria conciencia de la cruda realidad a la que nos acercamos, ya no necesitamos bombas nucleares para destruirnos, si nosotros mismos permitimos tanta ruina de nuestro ambiente natural. Es tiempo de medidas de emergencia para que después no “lloremos sobre la leche derramada”.
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