CORRUPCIÓN Y TRANSPARENCIA

CORRUPCIÓN yTRANSPARENCIA


Editorial La Tribuna

A veces no se entiende cómo alguna gente puede ser tan ingrata con el país, señalando que nada se hace bien y que todo está podrido. El último informe de Transparencia Internacional muestra que Honduras logró escalar 14 puestos en ranking de Percepción de Corrupción (IPC) al pasar de la posición 126 a la 112. Si se considera que también en el 2014 el país logró escalar 14 puntos ya que de encontrarse en la posición 140 subió a la 126, de los 168 países analizados, imposible sería esconder el avance significativo que se ha logrado. Uno de los países que registró mejoras en materia de combate a la corrupción. Con esta escalada, Honduras se encuentra en la posición 20 en Latinoamérica, es decir por encima de países como Guyana, Guatemala, Nicaragua, Paraguay, Haití y Venezuela. En Centroamérica solo está por debajo de El Salvador y Costa Rica.

El IPC mide la percepción de corrupción en 168 países a nivel mundial, después de recabar las opiniones de expertos sobre la corrupción en el sector público. Si bien sigue siendo considerado un país con una percepción alta de corrupción, no se puede desconocer que poco a poco se registran mejorías. ¿Por qué comienzan a cambiar las percepciones? En parte porque se han visto acciones palpables que hay voluntad de luchar contra la impunidad y combatir el delito. La extradición de cabecillas de los carteles del narcotráfico. La acción de la fuerza pública y de los cuerpos especializados por investigar y capturar a los facinerosos que delinquen. La determinación del Ministerio Público de judicializar los casos, y del mismo Poder Judicial de emitir sentencias condenatorias. Se han fortalecido las instituciones del Estado encargadas de hacerle frente a estos flagelos. Y se han destinado recursos para afianzar su capacidad de modo que esta no sea rebasada por la pesada infraestructura criminal. La reversión de la tendencia de los homicidios para que el país ya no figure con vergüenza como el más violento del mundo. Los logros sustanciales, que indican que cada año cierra con menos asesinatos y crímenes pavorosos que el anterior. Los espacios abiertos para las denuncias ciudadanas y los medios disponibles para lograr la participación de la comunidad. Incluso hasta la movilización patriótica que exige sin miras a destruir ni las instituciones ni el Estado de Derecho. Las obras y la inversión en zonas candentes y conflictivas, con la mira puesta de crear mejores ambientes de convivencia.

La verificación que hacen figuras respetadas de afuera que visitan al país de este afán de lucha contra la impunidad, pese a esas campañas nocivas que desatan algunos sectores prejuiciados. No olviden lo que dijo el secretario general de la ONU cuando estuvo en Honduras. La promoción de una mejor imagen para el país que realiza la Casa de Gobierno en el exterior y la repercusión que tiene ello a lo interno, para ir creando autoestima como entornos de mayor confianza. La percepción nacional influenciada por la cobertura objetiva de los hechos de medios de comunicación responsables, que si bien critican lo indeseable no dejan de transmitir lo positivo. Y pueden haber otros factores, que no hayamos considerado, que contribuyen a ir creando un sentimiento de mayor compromiso nacional. El país suscribió en Ginebra un convenio para abrir en Tegucigalpa una Oficina del Alto Comisionado de la ONU de los Derechos Humanos. Y recientemente el proceso de suscripción del convenio con la OEA para instalar en el país una Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad. Por supuesto que hace falta trecho largo por recorrer, pero noticias como estas –que reconocen los esfuerzos que se hacen en este campo– tienen que levantar el ánimo.

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