Sueños, ilusiones y pesadillas
Sueños, ilusiones y pesadillas
Por Jonathan Roussel
Cuando oigo a Mel Zelaya me parece que escucho a Fernando Anduray. Ese es un cambio radical. Y no es Anduray quien ha cambiado.
Algunos no se han dado cuenta que algo ha ocurrido y siguen la misma cantaleta de no a la reelección. Analistas y escritores. Profesionales de las llamadas telefónicas y exaltados activistas en su mayoría anónimos se han quedado en el tiempo y no se dan por enterados repitiendo no se puede.
Igual sociólogos e historiadores que solo escuchan sus propias voces con teorías producto de vanidades inútiles.
Todos estos desubicados ahora tienen que arriar las banderas y sumarse o callar porque hacia Belén la caravana pasa.
Y Mel cambió tanto que ahora es partidario de la reelección, de suerte que en el evento electoral privado que realizará su agrupación partidaria en octubre de este año habrá una cuarta urna para que los libreños digan sí o no a la reelección si los nacionalistas inscriben a JOH como su candidato.
La cuarta urna ahora es un recuerdo de algo que sirvió para librarnos del Socialismo del Siglo XXI y es tan inofensiva que el propio Tribunal Supremo Electoral les dará las urnas y pagará la impresión de los votos y hasta pueden llevárselas a su casa.
Las sentencias del Poder Judicial, y otras interpretaciones, no pueden ser revertidas por el Congreso, ni por declaraciones de político alguno (Nasralla, Valle y Kikito) pues no hay votos suficientes. Digan lo que digan lo práctico es la posición de Zelaya quien dice hay que participar en las elecciones: es la única posibilidad. Partido Liberal, PAC y Pinu no tienen otra opción y es evidente que esto les traerá enormes dificultades. Pleitos, divisiones y desaliento como ya lo estamos viendo. Creyeron en Mel. Supusieron que eran más listos y ahora el enredo los despedaza.
Tanto hablaron y ahora si van legitiman el proceso y si no van desaparecen. El partido Liberal luce tan desorientado. Sus militantes quieren ir a elecciones y su dirigencia quiere pactar. Parece dirigido por una especie de Chilo Cruz o Vásquez Velásquez. Últimamente se le ha ocurrido a don Mauricio hacer su propia consulta para que sus correligionarios digan NO. Votarían algo así como dos millones de personas según sus cálculos. Eso no tendrá más valor que las consultas políticas del Partido Nacional y Libre. Mejor ir a las urnas y acceder al poder si logran convertir esa ilusión en realidad.
El nacionalismo organizó la plataforma legal y la protegió con cambios oportunos en la Corte, Fiscalía, Tribunal Supremo Electoral y cimentó su poder en el Congreso. JOH hace un buen gobierno y tiene encantados a sus partidarios. Y para demostrar ese poderío recoge un millón de papeletas con opinión favorable a la reelección.
Parece todo tan claro y concluyente. Tengo la impresión que se extravían porque les gusta vivir perdidos.
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