El martirio que provoca la ENEE

El martirio que provoca la ENEE


Por: Nery Alexis Gaitán
Es costumbre “milenaria” que la ENEE martirice al pueblo con el alza a las tarifas de la luz eléctrica. Pero este aumento solo afecta a los de escasos recursos que pagan puntualmente, mes a mes, su factura de consumo. Y es que es el pobre el que a final de cuentas siempre paga los descalabros que ocasionan los políticos corruptos.

Al respecto hay que recordar que el primer desfalco que le hizo a la ENEE el bigotudo olanchano fue de 5 mil millones de lempiras, una suma astronómica que de haberse invertido en obras de impacto social, habría paliado el viacrucis en que viven los pobres de Honduras. Y la lista de robos por parte de políticos corruptos es muy larga. La ENEE así como todas las instituciones gubernamentales, al ser la hacienda de todos, los corruptos se roban los bienes del pueblo sin misericordia alguna.

Los actos de corrupción relacionados con esta empresa están siempre a la orden del día. Jamás se han podido aclarar los contratos leoninos con las compañías térmicas, que le venden al gobierno carísimo el kilovatio. Hay tantos paracaidistas políticos que esquilman el presupuesto de la empresa impunemente, etc.

La ENEE le cobra puntualmente la energía eléctrica solamente a los pobres, a los que no se pueden defender, a los que no tienen ningún poder político o económico. Si un pobre debe dos meses de luz inmediatamente se la van a cortar y parte sin novedad. En cambio los millonarios o sea los grandes empresarios pueden deber hasta años, que representan cantidades millonarias y a esos pícaros nadie les corta el suministro de energía eléctrica. Y el colmo del descaro es que los funcionarios de la ENEE aceptan que muchos empresarios tienen deudas enormes, pero no les cobran; más aún, mantienen en secreto el nombre de estos delincuentes, los protegen. Al final de cuentas se concluye que son cómplices en el delito.

Otro acto de corrupción es que le pagan por leer los contadores a una compañía que no cumple con su labor. O no leen los contadores o ponen cantidades estratosféricas en los recibos que el abonado pobre no puede pagar.

Ir a la oficina de atención al cliente de nada sirve, ahí nunca le resuelven nada al abonado; no hay una política institucional de apoyo o de investigación a los miles de reclamos por cobros injustos e ilegales. A ningún funcionario le interesa que la empresa cobre lo justo; solamente les interesa sacar dividendos a costa del sudor de los pobres.

Con justa razón se dice que en este país a los pobres los condenan y a los ricos los condonan. Esto es evidente cuando solo a los pobres les cobran la luz y a los ricos se la regalan. Y todavía estos empleados tienen el cinismo de decir que la empresa tiene problemas económicos por el bajo costo de la energía al abonado.

El aumento a la tarifa de la energía eléctrica es otro golpe al bolsillo del consumidor. Una excusa es el alto costo de los combustibles, pero es paradójico porque mientras en el mercado internacional bajan los precios, aquí los combustibles suben su valor semana a semana. Esta es una estrategia más del gobierno para captar más impuestos, que como ya sabemos, son gastados en fines no muy claros.

Es obvio que la corrupción está presente en esta empresa, que mes a mes, martiriza la vida de los pobres de Honduras. ¡Es necesario poner un alto al abuso de la ENEE!

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