El barandal

El barandal


Por: José Segovia Ynestroza
La mezcla de sentimientos no nos permite identificar en un solo término la repulsión que nos causa ver cómo los valores que aporta un pueblo pobre se usan para corregir los errores de funcionarios irresponsables, funcionarios que hacen alarde de su gran desempeño cuando el pueblo les confió una posición con la esperanza de un cambio y en este caso y dentro de los muchos y más recientes nos referimos a la destrucción obligada del barandal del puente que a la altura de La Hacienda construyó en el bulevar Suyapa, Ricardo Álvarez. La situación que apuntamos se ha convertido en comidilla de grupos de salón que comentan pero no denuncian; ¿cómo es posible que este señor que inauguró este puente con bombos y platillos como parte del famoso y también denunciado con indicios de corrupción, el llamado Trans 450, acompañado por funcionarios de organismos de crédito que también irresponsablemente o posiblemente coludidos aprobaron semejante “inversión”, no hayan previsto la necesidad de un carril adicional en el puente, ese carril que hoy construye el “Papi” Asfura, obligándole a destruir un barandal que no costó centavos y adicionalmente ejecutar costosísimas obras de refuerzo en un puente que acaba de inaugurarse? ¿Cómo es posible que todo esto suceda a vista y paciencia de los órganos contralores del Estado y no se deduzcan responsabilidades?

Nos advierte el general Romeo Vásquez que con esto de la depuración de la Policía vamos a disfrutar los 4 años de la CACCIH tomando atol con el dedo, alimentando una esperanza que no tiene asidero legal pues no existe documentación alguna que respalde acciones de cárcel o despido y que si de alguna manera se ejecutan tendrá el pueblo que pagar jugosas prestaciones; dado esta conclusión no es de esperar que esta Comisión tenga tiempo de ayudarnos a meter a la cárcel a tanto corrupto; quedando claro que para que todo continúe sucediendo, propiciando la impunidad, es desde el gobierno donde se teje con conocimiento de causa, alevosía y ventaja toda esta maraña.

Una vez propusimos una solución simple “cuánto tenías (antes de entrar al gobierno), cuánto tienes, cómo lo obtuviste”, fórmula también aplicable a muchos empresarios y banqueros, desde luego no hubo eco. Si solo siguiéramos esta sencilla recomendación a cuántos presidentes, ministros, directores, policías, generales, exrectores de la UNAH, exalcaldes etc. como en este caso tan evidente etc. etc., veríamos presos en lugar de hacernos los papos y asistir luciendo las mejores galas a las fiestas y bodas de sus hijos?, o tener que soportarlos frente a las cámaras autoproclamándose los grandes hijos de la gran patria.

Como se ha denunciado repetidamente hay muchos egresados del Ministerio de Obras Públicas y Transporte, después conocido como SOPTRAVI, (Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda), y hoy como INSEP a cargo de mi estimado amigo Roberto Ordóñez que recibió una papa caliente y a quien hoy le ha tocado hasta tapar baches junto con “Papi” de esa recién construida y cuestionada carretera a Danlí, del Ministerio de Salud y del Ejército, o del Seguro Social donde no sabemos de las responsabilidades deducidas a un recién expresidente que declaró públicamente que él ya sabía de lo que pasaba en el Seguro pero que no actuó para no afectar a su partido… habrase visto tal descaro, etc. etc. Instituciones en donde se han identificado los mejores alumnos de la corrupción y enriquecimiento ilícito. Pretender pasarle toda esta enorme pelota a la MACCIH, es irresponsable e inaceptable; nuestros organismos contralores deben por vergüenza trabajar simultáneamente en estos casos, casos tan sonados y que el pueblo viene reclamando con justicia desde hace años; ¿por qué el TSC o de cuentos, no nos cuenta nada sobre los exrectores de la UNAH, ya que doña Julieta no dispone de fondos diferentes a los que sus predecesores tuvieron en sus presupuestos?, al igual que del que hoy maneja “Papi” Asfura en la Alcaldía de Tegucigalpa comparando resultados siquiera con el ex más reciente?, porque muchos hondureños quisiéramos saber a dónde fueron a parar esos milloncitos; investiguemos, no nos hagamos los pendejos, o se hagan. Cuánto tenías, cuánto tienes, cómo lo obtuviste, la fórmula es bien sencilla y les daría resultados sorprendentes e inmediatos, que nos vengan con el cuento de que bienes de familias ricas y que esa riqueza sigue sosteniendo sus abusos solo ellos se lo creen.

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