¿Estar o ser pobre?

¿Estar o ser pobre?


Por: Benjamín Santos
Ser y estar son dos verbos que expresan situaciones diferentes. La piedra es dura, pero el pan puede estar duro. El ser es parte de la naturaleza de algo o de alguien y por lo tanto es una característica permanente. El estar designa una situación transitoria, que hoy es pera mañana puede desaparecer. El agua está líquida, pero podría estar sólida si se convierte en hielo o gaseosa si se evapora. Una persona está pequeña cuando está en la niñez, pero es alta o baja cuando termina su edad de crecimiento. No es lo mismo estar enfermo que ser enfermo.

¿Por qué establecemos la diferencia antes apuntada? Porque para nuestra vida diaria reviste una importancia especial y define un comportamiento psicológico que influye en nuestra existencia. En nuestro medio se acostumbra justificarlo todo con el argumento de que se es pobre como si la pobreza fuera parte de su naturaleza como podría decir soy blanco, trigueño o negro. ¿Por qué no estudia? Porque soy pobre. ¿Por qué se dedica a pedir en la calle? Porque soy pobre. Por qué es un delincuente? Porque soy pobre. ¿Por qué usted se dedica a parir un hijo por año y tiene que pedir para mantenerlos? Es que soy pobre.

Y no solo los pobres justifican todas sus actuaciones con el argumento de la pobreza. Hay personas con formación universitaria y hasta académicos que justifican la delincuencia diciendo que quienes se dedican a actividades delictivas son pobres. La conclusión de un razonamiento de tal naturaleza sería que todos los pobres son delincuentes y todos los ricos son santos. Sería imposible que un pobre sea honrado o que un rico sea delincuente lo que se ve desmentido por la realidad que vemos a diario. En otras ocasiones ya me había referido a este tema. Así como al fatalismo o determinismo que se refleja en nuestra cultura cuando alguien le atribuye a la voluntad de Dios, al destino o a la mala suerte el hecho de vivir en la pobreza si ni siquiera se ha hecho el intento de salir de la misma.

Concebir la pobreza como una situación permanente y hacerlo como algo que puede superarse, influye no solo en la actitud del pobre frente la vida, sino sobre todo en la determinación de las políticas públicas. En el segundo caso se enfrentará la pobreza desde la perspectiva de las políticas de desarrollo orientadas a motivar, capacitar y dotar a los pobres de los medios que les permitan asumir la responsabilidad de su propia vida. Se orientará la ayuda a programas educativos, a la enseñanza de artes y oficios, a generar y fortalecer la micro y pequeña empresa. En el primer caso, si se toma la condición de pobre como algo natural e inmodificable, se caerá en el asistencialismo que convierte a los pobres en receptores de ayudas con el solo propósito de mantener su existencia. En este caso la situación es reversible, porque al dejar de recibir las ayudas porque el Estado ya no tiene capacidad económica para seguir con los programas de asistencia, el pobre vuelve a caer en su situación anterior. Es lo que pasó en Brasil con los programas del presidente Lula y pasará quizá en Honduras con varios programas asistencialistas actuales.

Por qué seleccioné este tema? Porque en la clase de Política Internacional estamos con los alumnos trabajando el tema de la pobreza como problema de la comunidad internacional del cual no nos escapamos, porque se nos dice que de cada cien hondureños, sesenta son pobres y 40 viven en la miseria. En broma y en serio les digo a los alumnos que hay tres clases de pobres: hay quienes son pobres desde el punto de vista económico, pero les sobran ideas y voluntad para salir de esa situación. A este grupo basta que se les provea de recursos y se les enseñen los rudimentos de la administración financiera. Hay otro grupo que no tienen ni ideas ni la voluntad para salir adelante, a estos hay que fortalecer su autoestima y crear la motivación necesaria para enfrentar su situación, dándoles después algo de lo que se dio al primer grupo. Y finalmente hay quienes han caído en la indigencia y la única solución es crear programas asistencialistas, darles lo que necesitan. ¿Cómo diferenciar unos de otros? Eh ahí el problema. Pero es necesario para que el combate a la pobreza sea efectivo. ¿De acuerdo?

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