Mediocres y fracasados pero exigentes

Mediocres y fracasados pero exigentes


OCTAVIO CARVAJAL

Un grupo de estudiantes con sus rostros cubiertos se adueñó de gran parte de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) e hizo retroceder a sus autoridades con el 70 por ciento para aprobar clases dejando claro una vez más que esta impetuosa juventud vivirá mediocre, fracasada y sin adelantos académicos.

Varios meses sin oír de agites ni tomas de edificios en el alma máter cuando de repente se armó el molote. Supuestos alumnos pintarrajearon carros, paredes, quebraron sillas instando suprimir el “pesado” índice que les cansa el cerebro, pero los aviva para violar la libre locomoción, cerrando, además, calles aledañas a la UNAH y amenazar a ciudadanos.

Oímos detenidamente a “líderes” en diversos foros televisuales decir que el Consejo Universitario no les da una “cuota política” para decidir sobre las “grandes transformaciones” del estudiantado cuando pasar una materia con 65 por ciento es un acto de baja autoestima, de personas sin visión, con nulas posibilidades para ser exitosas.

Muchachos de 18 años dando cátedra de “socializar” leyes, de exigir libertades para volverse libertinos, ermitaños. Expertos en lanzar piedras, en dañar la propiedad privada, en sentirse machos frente a la autoridad, reclaman “mejores aulas” para aprobar estudios con notas reprochables. Urgen óptimos salones de clases para destrozarlos. ¿Serán así el orgullo de Honduras?

Y no estamos a favor de ser sumisos, de agachar siempre la cabeza ante los abusos de rectores o de jefes tiranos. Se trata de enseñarle a nuestra descendencia a quitarse el yugo del conformismo, de la inopia generalizada, de ser ejemplo de entrega, constancia y eficacia frente al mundo orillado a los avances tecnológicos.

No creemos que sus futuros hijos vayan a sentirse felices que eran inútiles educandos, más de lo mismo. No tendrán aplomo moral para pedir a sus retoños excelencia letrada. No podrán reclamar ni castigar sus aplazados si ustedes fueron su mal guía. No sueñen ganarse becas en academias de influjo siendo grandes flojos. En tiempos de progreso nadie cuenta con fracasados.

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