La corrupción sistémica en el RNP
La corrupción sistémica en el RNP
Sergio Zavala
Lo que este diario ha denunciado recientemente en un reportaje investigativo sobre el Registro Nacional de las Personas (RNP), ha sido denunciado también por el que esto escribe, y aun más por la embajada de Estados Unidos de América desde tiempos del exembajador Charles Ford hasta nuestros días, en un intento para frenar esa monstruosa fábrica de documentos falsos en que se ha convertido esta institución del Estado en perjuicio de la seguridad jurídica del país, y de su imagen ante la comunidad internacional.
Una vez más ha quedado al descubierto la facilidad pasmosa con que cualquier extranjero, ya se trate de eventuales terroristas o de vulgares delincuentes, ha logrado una identificación hondureña a través de un sistema frágil, altamente vulnerable y corrupto. El tráfico y la falsificación de documentos públicos han estado en esta entidad a la orden del día vendiéndose al mejor postor y para cualquier propósito, ya sea para lograr una visa e ingresar a Estados Unidos, o para que se declare una inexistente sucesión legal, o hasta para obtener entre otras cosas, la disolución de un matrimonio civil por la vía de un fraudulento divorcio que es inscrito como tal, pero sin que exista una sentencia judicial que lo decrete, lo que constituye un delito mayor que debería perseguirse por el Ministerio Público a cuyo cargo está el ejercicio de la acción penal pública.
En este orden de ideas hemos denunciado ante la Fiscalía General de la República, dicho sea de paso otra institución ineficiente e inoperante, la comisión de múltiples delitos como la extensión de algunas actas de nacimiento ilegales obtenidas por la vía de la Reposición mediante el libramiento de comunicaciones, que como en el caso general de los divorcios, no se han tramitado judicialmente, utilizándose partidas adulteradas de terceras personas, tal como La Prensa lo ha denunciado en el caso de los ciudadanos sirios, quienes obtuvieron cédulas de identidad de personas fallecidas con vista a lograr falsos pasaportes hondureños como los tramitados en España.
Tanto la seguridad jurídica de nuestro país, como la seguridad nacional de Estados Unidos han caído en precario por estos ilícitos y por la irresponsabilidad del Ministerio Público que no ha hecho nada para revertir una cadena de hechos criminales como los referidos, que han convertido al RNP en una institución desprestigiada, tomada por el caos y la podredumbre que irremisiblemente se han apoderado de ella con la complicidad de las autoridades, sobre todo del ente fiscal.
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