Sigue impunidad en caso del IHSS
Por Armando Cerrato
Tal parece que la Oficina de Administración de Bienes Incautados (OABI) ha comenzado a rematar propiedades adquiridas por empresas fantasmas que saquearon el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) devolviéndole a esta institución el dinero recaudado menos gastos administrativos.
Extraoficialmente se ha informado de la devolución de unos seis de los mil trescientos millones que salieron de las arcas de una institución sostenida con aportaciones de los empresarios y trabajadores de las ciudades principales de Honduras y que en parte sirvieron para el financiamiento de la campaña política que llevó al poder al Partido Nacional.
El saqueo fue admitido por el expresidente nacionalista Porfirio Lobo Sosa, y el actual mandatario Juan Orlando Hernández Alvarado declaró que al comprobarse que su partido recibió contribuciones económicas provenientes de semejante acto criminal devolvería los montos recibidos.
Posteriormente la cúpula dirigente del nacionalismo dijo haber hecho devoluciones económicas a través de la Procuraduría General de la República, pero no se revelaron montos ni se mostraron pruebas fehacientes de tal acto.
Medios periodísticos exhibieron copias de los cheques emitidos por una serie de empresas de maletín que estafaron al IHSS haciendo contribuciones a la campaña de por lo menos dos precandidaturas nacionalistas: la de Juan Orlando Hernández Alvarado y la de Ricardo Álvarez, quien perdió las elecciones internas denunciando un fraude escandaloso y finalizó sumándose al ganador que le convirtió en designado a la Presidencia e incluso le ha sustituido cuando ha tenido que viajar por varios días fuera del país.
Varias personas encabezadas por el exdirector del IHSS, el ortopeda Mario Zelaya, se encuentran guardando prisión mientras se les siguen audiencias en un largo juicio en el que ya se ha sobreseído el abuso de poder, lo que hace suponer que se le busca salida técnico-jurídica al asunto y evitar que los culpables del saqueo y principales beneficiarios pasen varios años en la cárcel.
Lo peor del caso es que estos maquiavélicos nacionalistas, abusando del poder al haberse hecho con la titularidad de todos los organismos jurídicos y electorales con la anuencia de algunas fuerzas opositoras oportunistas, proponen la reelección presidencial que es expresamente prohibida por la Constitución de la República, que para ellos es papel entintado que se puede romper cada vez que se les antoje y les sea conveniente.
Así, sin competencia alguna, la Corte Suprema de Justicia se atrevió a declarar inconstitucional e inaplicables las penas establecidas en la Constitución y el Código Penal para quienes hablen o promocionen y propongan la reelección presidencial.
Por ello los nacionalistas buscan con desesperación el reconocimiento de los opositores a sus actuaciones ilegales y han iniciado una ronda de negociaciones donde ofrecen cuotas de poder a cambio de apoyo a su posición reeleccionista que incluso dicen podría reglamentarse para que sea solo por una vez más para quien ostente la Presidencia de la República.
Como se puede observar el panorama político hondureño es oscuro, incierto y hasta cierto punto inimaginable, pues ninguno de los opositores ofrece mejores alternativas o propuestas de gobierno que igualen o superen las actuaciones de Juan Orlando Hernández Alvarado, especialmente en materia de seguridad y alguna actividad social.
Los opositores están más desgastados que el partido en el poder, debido a múltiples diferencias internas donde privan los intereses individuales de los líderes fundadores sobre los emergentes que, en muchos casos condenan el caudillismo dictatorial con que se manejan los asuntos políticos de interés nacional.
En la palestra política hondureña entran en liza diez partidos políticos, todos ellos de origen liberal y que con el paso del tiempo fueron abandonando esas filas por la falta de oportunidades de crecimiento para quienes se consideran líderes de base.
Lo peor del caso es que entre los líderes emergentes no existe tampoco uno tan solo que haga propuestas de verdadero interés en la búsqueda del bien común del que tan necesitado está el pobre pueblo pobre de Honduras.
Licenciado en Periodismo
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