¿Liberalización del mercado nacional de combustibles?

¿Liberalización del mercado nacional de combustibles?

Por Sigfrido A. Sandoval
Miembro del CIMEQH

Hace algunos días atrás, conocimos la noticia de la presencia de expertos extranjeros, invitados por el gobierno, para supuestamente examinar y sugerir cambios en la llamada “Fórmula Precios Paridad de Importación” (FPPI), que regula y determina el valor en bomba del galón de los diferentes combustibles que se comercializan en nuestro mercado. Según las informaciones, el propósito último de los posibles cambios en algunos de los componentes de la fórmula es la reducción de los actuales precios de los combustibles.

Hasta el momento en que escribimos esta nota, la opinión pública no ha sido informada por el gobierno, después de la visita relámpago de los mencionados expertos, sobre cuáles son las recomendaciones acerca de los posibles cambios a la fórmula ya mencionada.

En un artículo anterior, señalábamos que si en realidad existe una verdadera voluntad política de reducir los precios de los combustibles, el gobierno debe, por un lado, eliminar una “formulita”, que forma parte de la FPPI, que trastoca y modifica hacia el alza el precio internacional FOB de la gasolina superior, existente en el llamado Mercado Costa del Golfo de EE UU.

Por otro lado, señalábamos que también debe examinarse el caso de la gasolina regular cuyo precio internacional el gobierno lo vincula al precio de una gasolina, del mercado mencionado, de mayor octanaje y de mayor costo que la estamos pagando aunque no sabemos si la estamos recibiendo.

En tercer lugar, tendría que reexaminarse el llamado “Paquetazo Navideño” del 2014, que elevó todos los impuestos a los combustibles con respecto a los valores del 2006. Decíamos también que la FPPI ya ha sido sometida a algunos cambios, que posteriormente fueron eliminados, y que tuvieron un impacto positivo en la baja de los precios. En el 2007, mediante Decreto Ejecutivo se tocaron varios componentes de la FPPI: Flete y Seguro Marítimo; Margen de Importación; Pérdidas en Tránsito; Sobrestadía y Margen Portuario. Es obvio que si se pudo antes, hoy se pueden aplicar los mismos argumentos técnicos que se usaron.

Algunos expertos en el pasado, han señalado que es posible realizar otros cambios como es el caso del componente “Comisión Cambiaria y otros Gastos Financieros” que tiene un impacto económico importante en el valor CIF de los combustibles. Lo mismo se ha señalado con respecto a otros componentes de la FPPI.

En fin, todo el propósito de lo planteado es hacer ver que la FPPI no tiene componentes pétreos y que puede ser técnicamente modificada en beneficio del esquilmado consumidor hondureño.

Para nuestra sorpresa, últimamente hemos conocido la noticia que el Ministro de Desarrollo Económico, Arnaldo Castillo, en unas declaraciones a la prensa señaló no descartar las posibilidades de una liberalización del mercado de los combustibles.

El CIMEQH, la AHDIPPE y la Coalición Patriótica, son las organizaciones que en diversas oportunidades han argumentado el por qué, en las actuales condiciones del mercado, no es conveniente implementar un proceso de liberalización de los combustibles.

¿Cuáles son esos argumentos? En primer lugar, tenemos un mercado en donde operan únicamente tres empresas (UNO, Puma y Chevron) que manejan la totalidad de la importación, todo el sistema de almacenamiento de combustible, buena parte del transporte interno de combustible y alto porcentaje de estaciones de servicio. Por lo tanto, en esencia tenemos un mercado oligopólico, altamente concentrado y creer que bajo tales condiciones es posible la libre competencia y la caída de los precios es pasarse simplemente de ingenuo. En segundo lugar, por lo mencionado, en el caso de una desregulación del mercado las posibilidades reales de que los importadores pueden afectar el precio de los productos que comercializan no es posible descartarlas ya que fácilmente, ante la ausencia de un necesario marco jurídico, pueden terminar coludiéndose mediante entendimiento, explícito o implícito, y así lograr ganancias extraordinarias por encima de los niveles competitivos. Es un hecho que en ausencia de regulaciones efectivas, ha sido una característica en la conducta de la industria de los hidrocarburos de buscar maximizar sus ganancias y su porción del mercado.

Desregular el mercado en la actualidad, sin tomar previamente una serie de medidas de protección, sería un acto de gran irresponsabilidad e iría en contra de los intereses de los consumidores. Se requiere que ninguno de los participantes del negocio de los combustibles tenga y ejerza un poder económico excesivo; se requiere que se aseguren los estándares mínimos de la calidad de los productos; se necesita que claramente se definan los límites y papel de cada uno de los participantes del mercado; es necesario liberar a los gasolineros de los contratos que los mantiene amarrados a los importadores y que les impide comprar a quien ellos quieran; se necesita abrir las terminales de almacenamiento de combustibles para todo el que quiera libremente comprar.

Mientras no existan estas condiciones, mientras no exista una ley de comercialización de los combustibles, no podemos hablar de liberalizar el mercado de los combustibles.

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