Dime con quién andas…



Dime con quién andas…

Por Boris Zelaya Rubí

“Para el mandatario la responsabilidad con sus correligionarios se cumple desempeñando su labor de tal forma, que beneficie al partido ante el electorado, conservando la cohesión de sus miembros, promoviendo el entusiasmo, alentando su alta moral para la competencia electoral y evitando que intereses creados de grupos y caciques locales o regionales traten de imponer sus preferencias”.

Al realizarse la convocatoria para las elecciones primarias, los partidos políticos y sus movimientos internos se aprestan a inscribir sus candidatos de elección popular, el pueblo les dará su voto el 12 de marzo de 2017 para que al escrutar resulten seleccionados.

Queda bajo la responsabilidad del candidato a la presidencia, la escogencia de quiénes lo acompañarán como designados y diputados. Las elecciones internas, de las que siempre se duda, porque en algunos casos pueden llegar a ser tan abusivas que desvirtúan los comicios electorales, son las que al final darán los resultados de quiénes serán los “aleros” en las elecciones generales del aspirante a presidente por su partido.

El pretendiente a ocupar el sillón presidencial y por lo general el impositor de los que serán parlamentarios de su movimiento, deberá tener el cuidado necesario para evitar seleccionar personajes que le puedan hacer daño, de esos que pese a no haber sido citados judicialmente por las autoridades, se sabe que han saqueado en alguna oportunidad las arcas nacionales, o han manipulado con sus influencias, violaciones a la ley y la ética de los funcionarios, para proteger a los que se dedican a negociar en el bajo mundo, lo que ocasionaría la pérdida de simpatizantes que les negarían el voto.
Para evitar todas las patrañas en las elecciones internas del Partido Nacional, sería ideal que fuera el abogado don Antonio “Toño” Rivera Callejas la persona indicada para supervisar y cuidar que el proceso sea limpio, pues es de los más experimentados en esas lides y conoce a los cuadros de base de barrios capitalinos, para que no le ayuden a personajes de dudosa reputación y perjudiquen al candidato ganador, en su pretensión de alcanzar el poder y por supuesto al partido, porque con delincuentes en las planillas para congresistas, se le entregará el triunfo al Partido Liberal en bandeja de plata, al hacerse a un lado los que votan por convicción, “dime con quién andas y te diré quién eres”.

El mandatario al aceptar públicamente la reelección todavía no sabemos cuál será el nombre del movimiento que lo inscribirá como candidato. El nacionalismo confía que se hará acompañar de buenos y honrados nacionalistas para darnos otro triunfo, aunque siguen las intimidaciones de los que tienen la seguridad de ser derrotados y como estrategia amenazan con obstaculizar las elecciones. Los de izquierda no triunfarán y ni sueñen que recibirán ayuda de tanques y aviones de fabricación rusa, así que el llanto del “tal Mel” será más copioso que el anterior por su terquedad de cambiar el sistema, al menos que deseen salir de nuevo a vacacionar.

No sería una sorpresa, ver en las planillas de los movimientos de los diferentes partidos que se inscriban para las primarias que resulten integradas con “perfumados”, cuya carrera política ha lindado con los actos delictivos invisibles para las autoridades pero no para el pueblo, más si un candidato se quiere sacrificar bajo el principio maquiavélico de que: “el fin justifica los medios” ¡se equivoca! el pueblo está harto de los mismos lanas labiosos y decepcionado puede llegar a convertirse en soldado de los que desean un cambio por métodos violentos, para lograr lo mismo ¡poder y dinero!

Las estrategias y titubeos de los que dicen: “ya estoy preparado por si el mandatario no acepta jugarse la reelección”. Colocar un presta nombre o testaferro, es desconcertante y peor del que manifiesta estar listo para sustituirlo, con el peligro de que se quede con “el real del mandado” ¿recuerdan el pedido de voto por voto? sería como empujar al precipicio o matadero a todo el nacionalismo, diremos como lo hacía mi recordado amigo el periodista José Trinidad (Trino) Murillo (Q.D.D.G.) ¡Sean serios!

De rodillas solo para orar a Dios.

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