¡A las calles! Los líderes estarán al frente… de sus televisores

¡A las calles! Los líderes estarán al frente… de sus televisores

Por Boris Zelaya Rubí

“…Algunos partidos y sus candidatos son actores con potencial destructivo. Las prácticas de compra o coacción del voto, financiamiento ilegal (Chávez), calumnia o difamación durante las campañas, corrupción en los procesos de toma de decisión o la exclusión sistemática de ciertos sectores de la sociedad, son ejemplo de cómo se puede amenazar el funcionamiento de los sistemas democráticos, en lugar de apoyarlos”.

Con una voz varonil fingida y gritos copiados de películas de acción, simulando un liderazgo de los ahora inexistentes comandantes de cerro, están tratando de incitar a los ciudadanos para protestar en las calles por lo que antes pretendían ¡la continuidad en el poder! No es lo mismo tratar de cambiar la mentalidad democrática en que nos hemos mantenido los ciudadanos de este país, para convertir el territorio nacional en una hacienda particular manejada por un capataz o dictador de izquierda.

Hombres de papel que cuando les ha tocado enfrentar situaciones de honor, gritan despavoridos y con la voz quebrada por el pánico han pedido auxilio, pues ni a “pañuelazos” son capaces de defenderse, no digamos para estar haciendo llamados a la insurrección popular, por una causa personal sin encontrar eco entre sus seguidores, que cada día son menos. A la primera “gaseada”, los líderes se irán a sus casas a ver en televisión, el sacrificio de los pobres tontos que acudieron al llamado.

Grandes hombres, entre los cuales hay algunos que pretendieron alcanzar la máxima magistratura de la nación, sin obtener la aprobación del pueblo, están tratando de llamar la atención en el ocaso de sus vidas con una elocuencia inusitada y arrastrados por un falso celo, abusando de los medios que por captar mayor audiencia les permiten comparecer todos los días exponiendo sus chepeadas opciones para que el país salga del subdesarrollo con fórmulas que han de ser mágicas porque lo hecho hasta la fecha por el actual gobierno ¡jamás se había logrado en tan poco tiempo!

Constantemente son entrevistados, unos en el aeropuerto (sin la intención de viajar, ni de lustrarse los zapatos) hacen eco irresponsablemente o son comparsas de aquellos que están incitando a la rebelión. Jamás usaron armas ni para jugar a los vaqueros. Son en su mayoría “todólogos” (opinan de todo), pero ante los profesionales expertos en cualquier campo se reducen como las babosas al echarles sal ¿no creen estos señorones que es suficiente con la inseguridad en que vivimos? Gritan contra la arbitrariedad y la tiranía ¿Cuál? ¿Qué pretenden? ¿Será que como medida geriátrica para que no caigan en la dificultad de predecir lo que nos depara el futuro y la lenta locomoción, les han recomendado estar en acción física y mental? Ya les pasó su época. Algunos desprestigian al país en el exterior por medio de las famosas ONG´s que por “treinta monedas” responden a los intereses de quienes les financian (izquierda internacional) y falsean la problemática del país exagerándolo todo, convirtiéndose en “sapos”, como les dicen a los que mal informan a sus propios paisanos.

Mientras se desintegran los partidos pequeños frustrando el sueño de los que creyeron en un cambio, los mayoritarios como el Partido Liberal y Nacional, se disponen patrióticamente a enfrentarse en las urnas. Deseamos con mucha sinceridad que ninguno de los que incitan a la rebelión, obliguen a usar mano dura para garantizar la paz y el orden público, y terminen en las ergástulas penitenciarias, el susto los puede llevar donde el silencio, la oscuridad y la falta de auditorio sería su peor castigo.

Tomamos con poca seriedad y por supuesto sin irrespetar a los que alguna vez significaron algo con sus protestas, pues la tolerancia y el respeto a sus canas representan la libertad de expresión que gozamos. Pasaron los tiempos en que el grupo de ancianos decidían en los problemas mayores de la tribu, o el cuento de los esquimales que se llevaban muy lejos a los viejitos improductivos para que murieran atacados por lobos o de hambre, aquí mientras puedan hablar en público sin apoltronarse en sus casas, seguirán siendo un digno espectáculo para los que les gusta la teatralidad. ¡Un Óscar al mejor actor!

Aprovechamos para agradecer al coronel César Elvir Sierra, por habernos invitado a compartir junto a un entrañable amigo, parte de sus experiencias, sin duda ¡un ciudadano ejemplar!

De rodillas solo para orar a Dios.

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