No faltaba más



No faltaba más

Por Jaime Martínez Guzmán

La frase que me sirve de título a este escrito la utilizaban, con frecuencia, la gente mayor de mi pueblo para significar que ante una situación existente, más o menos crítica, venía agregarse otro suceso que la agravaba más. Así las cosas:

1. Analistas de la criminología:
No falta más, que cuando delincuentes disfrazados de policías, antes de acribillar a un grupo de personas, han preguntado sí ahí están algunas, cuyos nombres especifican; algunos analistas de la criminología, interpreten que esto puede ser signo de que existe una política de Estado para eliminar personas en un afán de limpieza social. Esto, nos parece, que no es ni cercano a la verdad y a la realidad nacional, cuando el gobierno, con la colaboración del pueblo, está luchando frontal y legalmente contra la criminalidad, con avances significativos. Ellos podrán potenciarse más, cuando los gobiernos de los países centroamericanos del Triángulo Norte, Guatemala, El Salvador y Honduras, liderados por nuestro Presidente, abogado Juan Orlando Hernández, concreten una política de lucha conjunta contra la criminalidad.

2. Honroso 4o. Lugar Olímpico
No faltaba más, que analistas deportivos exigentes, hayan criticado severamente a nuestra selección Sub 23 de fútbol, al no haber podido conseguir la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, sin considerar que ya es meritorio solamente el hecho de ser una de las 16 selecciones del mundo, clasificadas para dicho evento, estar entre las finalistas, ocupando un honroso 4o. lugar, eliminando en el camino a las selecciones de Argentina y Corea. Nuestro pueblo se siente, justificadamente alegre y orgulloso de los logros de esta selección Sub 23 de Río, que ha superado a los que consecutivamente Honduras consiguió en Beijing 2008 y Londres 2012.

3. Derechos humanos sesgados:
No faltaba más que, personeros de organismos no gubernamentales del país, que dicen defender los derechos humanos mostrando evidentemente sesgo ideológico de izquierda, pareciera que su afán fundamental es denigrar al gobierno en el concierto internacional, creyendo, equivocadamente, que sus falacias solamente a este perjudican. Sin embargo, ello es en detrimento de Honduras y del pueblo, porque si lograran sus propósitos, se alejaría la inversión extranjera y nacional y, consecuentemente, la oferta laboral.

Ellos son de aquellos que están en contra de todo. Han negado y se irritan cuando organismos nacionales e internacionales reconocen los avances contra la criminalidad y que hay tendencia clara hacia la baja. Están en contra de la creación y desempeño de la Policía Nacional del Orden Público y que los militares cooperen en la lucha contra el crimen y a favor de la seguridad de la población, cuando estos cuerpos están supliendo con excelencia a la Policía Nacional Civil, que está en período de depuración y reestructuración. Piden una supuesta desmilitarización, haciéndole así un pingüe favor a la delincuencia.

Recordamos a la exembajadora de USA en Honduras, la señora Lisa Kubiske, quien consultada por un periodista si por sus informes el gobierno de su país recomendaba a sus ciudadanos que tuvieran cuidado al venir a Honduras. Ella contestó: esa información surge de los mismos hondureños. Y en efecto, muchos de estos “onegeístas” y también algunos políticos van a Washington a poner en mal al gobierno y al país, ante crédulos congresistas a fin de que estos propongan la supresión de toda colaboración financiera para Honduras.

4. Estudiantes de la UNAH
No faltaba más, que los estudiantes universitarios de los que protagonizaron, por dos meses, el paro de labores y toma de edificios, en la consecución de sus propósitos, no contentos con los perjuicios ya causados a la UINAH; vuelvan a sus andadas, por cada pueril pretexto que se les ocurra dentro de sus internos movimientos, cuando la mesa de diálogo, con mediadores como lo exigieron, trabaja normalmente. Ojalá que estos estudiantes no sean a manera de los antiguos sindicalistas que torcían el brazo de las autoridades universitarias, cada vez que se les ocurría, impidiendo el normal funcionamiento de la institución. Ojalá que no suceda su exigencia de ingreso universal a la UNAH sin prueba de aptitud, que se regrese al 60% de aprobación académica y que no sea exigible excelencia académica a los representantes estudiantiles ante los organismos de gobierno de la Universidad. Deberían presentar una propuesta de evaluación del personal docente, en pos de la calidad educativa.

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