Políticos y elecciones
Políticos y elecciones
Por: Nery Alexis Gaitán
El TSE ha hecho la respectiva convocatoria para las elecciones primarias, lo que abre el ruedo político. Empieza el tropel de candidatos en busca de puestos de elección popular, lo que es normal en una democracia. Lo malo es que inicia el prolongado discurso de la mentira; y abundan políticos, casi en su totalidad, ofreciendo lo que nunca van a cumplir.
Y es que el político hondureño acostumbrado a la mentira, al engaño, la triquiñuela, a la corrupción en todas sus formas (evoquemos como ejemplo perfecto a aquel político apodado “Mentira Fresca” de amarga recordación), mira normal engañar a los electores para ser elegido. Así ha sido siempre y así continuará siendo porque “en Honduras así son las cosas y no van a cambiar”.
Se hace necesario que el pueblo empiece a exigir a los políticos sus promesas de campaña. Debería ser penado con cárcel no cumplir lo que prometen. El pueblo necesita ser más beligerante y exigente con los políticos que ostentan cargos de elección popular. Se necesita que el pueblo tenga una educación política diferente, así su voto será más razonado y de calidad.
Y ese es el aspecto principal: educar a los hondureños para que puedan mejorar su calidad de vida en todos los aspectos. La educación política implica que el elector se hace más consciente de la importancia que tiene su voto, y no lo malgasta, no lo pone al servicio de los enemigos del pueblo y su desarrollo. Asimismo se involucra positivamente en actividades de impacto social en donde se busca el mejoramiento de su comunidad y del país en general.
La educación política implica crear conciencia social, teniendo en cuenta el bien común. Así lo deberían de entender los partidos políticos y coadyuvar a educar a sus partidarios; para ello deberían, aparte de iniciar grandes campañas educativas, presentar candidatos idóneos que estén interesados en mejorar las condiciones de vida de los más necesitados. Pero ello implica que deben ser candidatos honestos, que luchen contra la corrupción y la impunidad; eso es posible en nuestra naciente democracia.
Desafortunadamente los partidos políticos son la expresión de intereses económicos y políticos que solo buscan enriquecer a unos cuantos en detrimento de las grandes mayorías. Y es que en Honduras los ricos solamente representan el cinco por ciento de la población. Ellos gobiernan a su antojo, son los dueños del país. A eso se suma el ansia de poder de caudillos de todo tipo que son capaces de vender hasta la madre por una cuota en el gobierno de turno, y nunca van a cuestionar el injusto sistema de vida social.
Parece que la ocupación principal del político es llegar al poder a costa de lo que sea para enriquecerse él, sus allegados y el grupo de poder al cual pertenece. De esa forma las necesidades de las grandes mayorías son postergadas hasta un tiempo sin final. Como consecuencia de ello la pobreza se ha extendido a lo largo del país, con ella vienen todos los males sociales habidos y por haber, teniendo como consecuencia que los pobres viven una vida de amargura y carencias de todo tipo.
Pero eso no le importa a los políticos, hoy que empieza nuevamente la campaña proselitista, veremos desfilar a sinvergüenzas y mentirosos ofreciendo todo lo mejor, aunque en verdad lo que dan al final es lo peor: corrupción e impunidad. A menos que, desde ahora, les exijamos transparencia y que cumplan sus promesas.
¡Los hondureños debemos exigirles cuentas a los políticos! ¡Basta de tanta corrupción e impunidad!
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