Partidos políticos y conciencia política en la coyuntura actual







Partidos políticos y conciencia política en la coyuntura actual

Por Marcio Enrique Sierra Mejía


Aunque en las décadas finales del siglo XX se creyó que habíamos llegado al “fin de las ideologías”; la verdad es que lo que vivimos en ese siglo, fue un intenso tiempo de actividad política de pujante neoliberalismo que promovieron personajes políticos del momento, a lo largo de ese intenso período de actividad política, para consensuar ajustes estructurales neoliberales. En Honduras, desde Callejas hasta Lobo el programa económico neoliberal determinó el recorrido de la economía capitalista en el país.

Pasamos por un complejo proceso de cambio para acomodarnos al modelo neoliberal, el que involucró la influencia de todos los actores corporativos, medios de comunicación y de otras tantas instituciones civiles como las universidades, la iglesia y colegios profesionales, solo por citar algunos de ellos. Hasta que finalmente, se impuso poco a poco en la ciudadanía común el significado abstracto de libertad individual que precisamente constituye uno de los principios relevantes de la ideología capitalista.

Muchos creímos que con la caída del muro de Berlín en 1989 se acababa la historia porque se suponía que la hegemonía global del capitalismo, de la economía de mercado y de las democracias liberales en la gran mayoría de los países del mundo (todas ellas quiérase o no sometidas al dominio indiscutible de los EEUU y su poderío militar) habían logrado finalmente imponerse.

Pues bien, la lectura del panorama político en el presente nos indica que a partir del 2008 con el CRACK que causó la crisis financiera de 2008, se pone en evidencia que el capitalismo en su período de la globalización neoliberal enfrenta graves contradicciones. Ahora, vemos un capitalismo que no logra subsanar la pobreza y menos las desigualdades oprobiosas que a diario enfrentamos. Ha caído el poderío militar norteamericano, el terrorismo ha aumentado a su máxima expresión, el crimen organizado se fortalece como expresión del efecto que tiene la misma concentración de capitales impidiendo el desarrollo económico incluyente, y por lo tanto, el bienestar generalizado. La inconformidad con la democracia liberal, debido a la persistencia de factores que privan a los ciudadanos de derechos humanos elementales, pone en jaque el pensamiento político de los partidos políticos y de los políticos que los dirigen.

Estamos en un punto coyuntural en que el ser social y su conciencia política importan hoy más que nunca. De nuevo debemos hacernos algunas preguntas fundamentales que nos acerquen para dar respuesta acerca de las posiciones que los partidos políticos tienen ante semejantes problemas, tan evidentes que no dejan vivir tranquilamente a nadie.

Los partidos políticos en Honduras no son muy dados a debatir sobre los fundamentos ideológicos que los hacen realizar su praxis política por convicción y con un sentido orientador. A lo que nos tienen acostumbrados, es a escuchar críticas “de cafetín” y sarcasmos circenses que no contribuyen a educar a la masa ciudadana que participa en los procesos electorales.

Se ha subestimado la responsabilidad moral de inducir los procesos electorales con sentido ideológico firme, argumentos razonables y sin dogmatismos ni adjetivos hirientes.

No nos explican cómo es que vamos a superar la multitud de problemas y los errores que se han cometido al enfrentar la realidad capitalista que nos agobia. ¿Hacia dónde conducen a nuestra nación y qué proponen hacer para transformar el desarrollo capitalista excluyente que tenemos en la actualidad?

Los liberales si bien parece que han cobrado vida aún no superan los círculos viciosos de la politiquería vernácula a la que están acostumbrados desde tiempo pretérito. No han podido dar ese paso difícil de la transformación interna que se requiere para avanzar hacia la nueva era liberal que debe propiciarse ahora que el capitalismo vive la crisis que vive. Se ve que los liberales apuntan débilmente hacia un pragmatismo político combinado con una postura ideológica liberal coherente con Gabriela Núñez.

En LIBRE, no obstante que es el partido de los socialistas y que saben muy bien que la realidad debe ser cambiada. Han caído en un solipsismo propio de la filosofía idealista liberal que los mantiene encerrados en una burbuja en la que solo el estado mental de su caudillo político priva en el partido. Con un mensaje cuyo fundamento ideológico, es cosmético y no trata la realidad capitalista con coherencia critica, sino que más bien, distraen a la ciudadanía con enredos personalistas por cuestiones de posiciones a lo interno del partido.

Y en el nacionalismo, “la mudez ideológica” brilla en su existencia. Empero, los políticos nacionalistas le sacan provecho a las posturas pragmáticas coherentes que demuestra JOH al enfrentar el capitalismo excluyente con acciones dirigidas a crear condiciones de igualdad principalmente en el segmento social de extrema pobreza.

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