Peajes en Honduras para financiar y mantener carreteras

Peajes en Honduras para financiar y mantener carreteras


Por José Rolando Sarmiento Rosales

Nos hemos dado algún tiempo para analizar el contenido de las protestas que se han venido generando y gestando, alrededor del tema de la instalación de casetas de cobro de peaje, en la ruta del Corredor Turístico, que parte desde el desvío de La Barca, en la carretera CA-5, muy especialmente la que se ubica en finca La Guadalupe, en jurisdicción del municipio de San Manuel, Cortés, en la vía que comunica desde San Pedro Sula, con La Lima, San Manuel y El Progreso, donde probablemente los ejecutivos de INSEP y Coalianza, no han contemplado algunos factores sensibles, como el hecho de que miles de personas de esas comunidades desde que se aperturó improvisadamente esa vía terrestre, desde la subida de la balsa y las lanchas en que se cruzaba el río Ulúa, para abordar el tren de pasajeros y carga hacia La Lima y campos bananeros, porque el puente La Democracia se inauguró hasta 1962.

Así que los primeros vehículos terrestres que comenzaron a operar por transportistas privados, utilizaban inclusive, parte de las vías del antiguo ferrocarril bananero para cruzar los criques, los canales de irrigación de las fincas y los canales de alivio de las crecidas invernales del río Ulúa, como también los caminos y veredas que se aperturaron para las caravanas de mulas y luego los tractores agrícolas o chapulines que transportaban los racimos de banano cortado de las fincas, hacia el embarcadero de vagones ferroviarios, y más modernamente hasta las plantas empacadoras, donde en sus enormes pilas de agua, se tratan con químicos líquidos especiales los racimos de banano, se cortan en gajos y se colocan en las cajas de cartón, para luego llenar los contenedores refrigerados en los que se envía la fruta, antes en el ferrocarril y ahora en las rastras hacia los muelles de Puerto Cortés, para su transportación a los barcos que llevan tales cargamentos, para los puertos de la costa este de Estados Unidos, pero también
Dada la importancia del trafico, los gobiernos fueron poniendo la mano hasta convertirla en una carretera de terracería, construyendo puentes de madera, luego procediendo a la pavimentación en los años setentas, con puentes, y cajas puente de concreto, hasta que en la década de los noventas el gobierno del presidente Callejas, procedió a la ampliación de la vía a cuatro carriles con una mediana divisoria, con una loza de concreto hidráulico de 20 centímetros de espesor, para tránsito pesado, incluyendo la iluminación nocturna en consideración a los miles de vehículos y decenas de miles de personas que viajan de día y de noche, unos por razones laborales, otros por asuntos comerciales y de negocios, así como los estudiantes universitarios que por largos años han viajado diariamente a estudiar a la Universidad Autónoma de San Pedro Sula, viniendo inclusive desde el Puerto de Tela, El Progreso, municipios cercanos del departamento de Yoro, así como de los campos bananeros de ambas márgenes del río Ulúa, también de San Manuel y La Lima.

Esta es la situación anímica que influye para la inusual oposición de cobro de peaje en este tramo carretero, pese a que históricamente sabemos que las obras del puente La Democracia, financiadas con fondos del Banco Central de Honduras, se pagaron con el pago de peaje de los numerosos vehículos que desde entonces por allí cruzaban el caudaloso río Ulúa, pero que ahora el rechazo surgido se incrementa porque la Municipalidad de San Pedro Sula, desde hace varios años instaló una caseta de peaje, en esa obra vial construida por el gobierno central, lo que duplicará costos de movilización de esos vehículos y personas, lo que amerita un estudio más a fondo de INSEP y Coalianza, para evitar este ya violento conflicto, del que se aprovechan sectores anarquistas que le han prendido fuego en varias ocasiones a las edificaciones del peaje.

Eso sí en honor a la verdad, el peaje que se recaude no solo es para obras nuevas, sino para el mantenimiento y reparaciones millonarias de las obras viales ya existentes y las en ejecución, para la reconstrucción de los puentes dañados o destruidos, como el de La Democracia sobre el río Ulúa, y los nuevos a construir en el paso del río Humuya, entre Santa Cruz de Yojoa y Santa Rita de Yoro, razón para la existencia del cobro de peajes, sin tener el Estado que comprometerse en nuevos financiamientos internacionales, que cargan onerosamente la deuda pública del país, que por el impago de algunos préstamos y el alto déficit fiscal en que nos dejaron gobiernos anteriores, Honduras no calificaba para recibir nuevos préstamos de los organismos de crédito, paralizándose la ejecución y mantenimiento de obras públicas en detrimento del desarrollo y progreso nacional por varios años.

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