Cómo evitar que la tecnología se convierta en trastorno adictivo

Cómo evitar que la tecnología se convierta en trastorno adictivo


Por José Antonio Pereira Ortega
Coronel ® japo916@yahoo.es

Contrario a lo que se pueda entender no me opongo al uso de las herramientas tecnológicas disponibles hoy día, en especial en la comunicación y como apoyo en labores del trabajo o de estudio, estoy consciente que facilita el desarrollo de las generaciones de hoy y del futuro, ya que han potenciando su habilidad y facilidad en el uso de las mismas.

Tampoco puedo ignorar la contribución del valioso aporte de esa revolución tecnológica que abraza al mundo de hoy, con gran beneficio para los niños, adolescentes y jóvenes profesionales, en especial explotando la tecnología informática, validando la invaluable contribución para ellos, no solo en el desarrollo educacional y profesional sino que como herramienta que fomenta y facilita la comunicación y la diversión sana, cuando esta es controlada sin permitir los excesos o libertinajes.

De manera general y sin ser crítico severo por no haber tenido en nuestro desarrollo esas facilidades de niño o adolescente, sin querer irrespetar a nadie, me tomo el derecho a opinar que aún y cuando ponderamos los grandes beneficios, también debemos señalar los enormes riesgos que se presentan con ella, en especial cuando se convierten en distractores de la unidad familiar y en peligros a la seguridad personal del menor usuario, como el cyberacoso (cyberbullying), el grooming (acoso sexual contra niños y adolescentes) o el sexting (mensajes de contenido sexual).

Por supuesto es oportuno asumir que estas tendencias son imparables y a todas luces cualquier comentario en contrario se puede entender como una oposición y este no es mi caso, mi intención es prevenir que su uso descuidado y sin controles puede impactar en el crecimiento y desarrollo personal e intelectual de nuestros menores, claro que debemos permitir su promoción y participación en el uso de la misma pero en particular en el uso de las redes hay que tomar previsiones, tanto en controlar los sitios de internet, los teléfonos inteligentes (Smart Phone) el uso del WhatsApp, Twitter, Instagram y en especial el Facebook considerada la más peligrosa fuente de exposición y fuga de información, porque usada sin seguridad puede ser fácilmente manipulable en favor y en contra, de esto hay centenares de víctimas a diario del mal uso y a veces hackeo de la información inocentemente posteada.

Así pues, en el proceso de investigación para producir este artículo me encontré la opinión del señor David Lee un mexicano experto en medidas de seguridad que entre otras cosas refiere:

“El teléfono inteligente, como la herramienta mayormente utilizada es más que un dispositivo, pues se ha convertido en el apéndice de los seres humanos, que influye en nuestras emociones y sentimientos: El 90% de los usuarios lo mantiene a menos de un metro de distancia las 24 horas del día, lo consulta unas 150 veces, y 1 de cada 3, lo revisa cada cinco minutos”.

Visto así y aceptando lo irremediable que en esta modernidad todos estamos expuestos, les cuento que yo, por razones de mi trabajo (no es excusa) y aprovechando su bondad estoy entre esos porcentajes mencionados, pero indudablemente hay que reflexionar y particularmente los adultos debemos tomar medidas para evitar los malos hábitos y no caer en un trastorno adictivo en nuestro comportamiento, en particular en los momentos reservados a la familia, es imposible hasta tener una comida familiar sin que uno de nosotros sea interrumpido y “atender el teléfono” sea llamada o mensaje.

Al respecto los expertos han encontrado algunos malos hábitos en adolescentes y niños:

* Cambios en el estado de ánimo.
* Irritabilidad manifiesta.

* Modificación de comportamiento. (Mal educado, distraído, huraño, gruñón).
* Bajo rendimiento académico.

* Compulsivo en comprar equipos modernos.
* Hurto de dinero.

* Mentir para obtener dinero.
* Falta de sueño.

* Cambio de amigos por interés.

Finalizo exponiendo algunas recomendaciones de expertos para convivir y explotar las facilidades de las herramientas tecnológicas sin que seamos afectados en demasía.

1. Los dispositivos tecnológicos deben ser adecuados al nivel de desarrollo y necesidades de aprendizaje del menor.
2. Hay que tomar las riendas y explicar oportunidades, riesgos y normas de uso de las tecnologías.

3. Se recomienda diseñar espacios para la tecnología que puedan ser compartidos y supervisados por un adulto.
4. Igualmente debe regularse el tiempo y horas de conexión.

5. Inculcar en los menores el trato a los demás en las redes sociales, como les gustaría que se les tratara a ellos.

6. Explicar que no toda la información que existe en internet es fiable o válida.

7. Los adultos en especial los jefes de familia debemos tratar de actualizarnos tecnológicamente. Esto le facilitará acompañar a los menores en su incorporación.

8. Debemos ser un ejemplo usando responsablemente el internet. Cuidado con los chateos de amigos y compañeros adultos.

9. Debemos estar atentos y monitorear cualquier situación que pueda ser un síntoma de adicción.

10. Finalmente no olvide ser un ejemplo con las conductas que exige a los menores en especial los adolescentes, hay que tener coherencia de lo que hace con lo que prohíbe.

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