EL ASESOR Y EL ZAMPALIMONES
EL ASESOR Y EL ZAMPALIMONES
Editorial La Tribuna
Editorial La Tribuna
LA información la tomamos de un reciente artículo del Wall Street Journal ilustrado con una foto que muestra al autócrata venezolano dialogando amenamente con el barbudo economista español al que considera “el jesucristo de la economía”. A su alrededor, salen aplaudiendo otros que participan de la plática, incluido el depuesto expresidente hondureño. La nota afirma que el “oscuro profesor de marxismo en España, Alfredo Serrano, convertido en el principal asesor económico de Maduro, es el inspirador de las disparatadas medidas que ha tomado el régimen para enfrentar la aguda crisis económica que sufre el país”. La lipidia en que se encuentra el pueblo venezolano se corrige, según el cercano consultor del régimen –en quien el autócrata ha puesto toda su fe– no aplicando políticas convencionales de mercado sino “tomando medidas más rígidas de control estatal”. Entendidos en la materia temen que ello más bien lleve a “prolongar la recesión más profunda de la historia de Venezuela, así como la inflación y la escasez de alimentos”.
Pese a que el economista español niega tener tanta influencia –justifica que “el presidente lee mucho y está al tanto de lo que escribe en libros y de sus artículos”– esta es más que evidente ya que “acompaña al presidente en viajes al extranjero, le escribe discursos y propone ministros, según miembros del partido gobernante”. En una reciente decisión que pone de relieve el poder que ejerce “Maduro optó por ignorar el plan de reformas económicas que había solicitado a la Unión de Naciones Sudamericanas, un bloque de inspiración izquierdista del que Venezuela es miembro fundador”. El entonces vicepresidente de Economía de Venezuela, apoyó el plan, que abogaba por subsidios directos a las familias más pobres, la eliminación de los controles de divisas y una reducción de los controles de precios”. La propuesta, sin embargo, fue desechada por el asesor español en base a que “quitaba demasiado poder al Estado”. Y por andar de zampalimones, el funcionario venezolano promotor del plan fue destituido del gabinete.
“Serrano llegó a América Latina a mediados de la década del 2000 con un grupo de intelectuales españoles anticapitalistas que más tarde pasarían a formar parte de Podemos, la agrupación de izquierda que ha sacudido el sistema bipartidista español”. “Estos intelectuales pronto comenzaron a asesorar a los líderes de izquierda de Bolivia y Ecuador en temas de economía, la creación de programas sociales y la elaboración de nuevas constituciones”. (Ajá, a propósito de ese chiflón ¿no serían los mismos soplidos de unos que andan con su “constituyente” errante pujando por enterrar la Constitución vigente y redactarle otra al país?).
Entre las ideas del “cristo” que Maduro confía va a hacerle el milagro de resucitarle el postrado país “están que la inflación es causada por la lucha de clases y que la burocracia del gobierno debe ser sustituida por comunas revolucionarias que se ocuparían de todo, desde la atención sanitaria a la producción de alimentos”. “El estado comunal debe ser el centro de gravedad del nuevo Estado”. “La mayoría de los economistas nacionales e internacionales culpan la escasez de alimentos de Venezuela –que ha desencadenado disturbios en el país– a los controles de precios y las expropiaciones”. Para el asesor, sin embargo, “la escasez es resultado de un “sistema de distribución ineficiente en manos del capitalismo especulativo”, que en su opinión permite a las empresas acaparar productos”. Y lo que pasa sostiene es “que las fuerzas reaccionarias extranjeras y locales están librando una guerra económica contra Venezuela”. (Y aquí que se quejan de las aves agoreras, sin saber que peor serían las cosas con esos otros asesores).
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