Conociendo de los robos y hurtos en los negocios (tiendas, supermercados, mercados y otros)


Conociendo de los robos y hurtos en los negocios (tiendas, supermercados, mercados y otros)
Por: José Antonio Pereira Ortega
Coronel ® japo916@yahoo.es
Además de lidiar con los altibajos de la situación económica y la extorsión interminable a empresarios, medianos y pequeños emprendedores, los propietarios, administradores y empleados en sus respectivos negocios, deben enfrentar un delito marginal; el hurto y robo en el interior de tiendas, mercados, etc. que drena las utilidades y causa perjuicio al comercio, en particular en los centros urbanos con mayor desarrollo económico.

Por ello y para enfrentarlo deben tomar previsiones elaborando y manteniendo actualizado un análisis de los riesgos existentes (mapa de riesgo), en el área de ubicación del negocio, es decir el nivel delictivo en esa zona, y que mutan según van mejorando sus técnicas delictivas los ladrones dedicados a este “oficio”.

Para mejor ilustración puedo informarles que en los Estados Unidos de América existen informes de la Asociación para la Prevención contra el Shoplifting (hurto en tiendas) que revelan que por ello se contabilizan pérdidas billonarias de alrededor de trece billones de dólares americanos al año, es decir casi veinticinco millones diarios entre grandes y pequeños negocios.

Este es un delito de variadas connotaciones, iniciando porque aún y cuando se conocen algunos rasgos físicos o de conducta respecto de los ladrones de tiendas se enfrentan algunas realidades como los siguientes:

a. No existe un patrón definido del ladrón, cualquier persona insinuando ser cliente puede ser el que llega con la intención de hurtar artículos y prendas.

b. En esta concepción incluimos a las personas que sufren el trastorno de la cleptomanía, conceptuando aquí al que hurta por compulsión, explicando que el cleptómano actúa inconsciente, no porque tiene necesidad o quiere hacer daño, son psicológicamente adictos a tomar lo ajeno. Un trastorno que padecen ricos y pobres, lo cual obliga a desconfiar de todos los que llegan al negocio, y cualquier oportunidad la aprovechan.

c. Otra amenaza conocida la constituyen los adolescentes inoficiosos “vagos”, estén o no en maras o pandillas, actuando por diversión o para impresionar a los demás, incluidos los que la mara o pandilla inicia en sus actividades delictivas, “lo ponen a prueba”.

d. Otro grupo identificado son aquellos jóvenes con problemas de personalidad y que pretenden sobresalir haciendo lo que sea con tal de llamar la atención. Es dañino pero no agresivo.

e. Finalmente tenemos a los desvergonzados, quienes según ellos “lo hacen por necesidad, porque son pobres” y encuentran en esta actividad marginal su modus vivendus, lo convierten en un “trabajo u oficio”.

f. Una consideración importante es que la mayoría de los ladrones de tiendas o negocios son adultos (75%) y el resto son menores, tomar en cuenta que hay equidad en esto 50% hombres, 50% mujeres.

Como podemos ver, es complicado calificar o distinguir entre los que llegan al negocio quien es o no ladrón, sin embargo hay algunos patrones a seguir en el comportamiento de los potenciales ladrones:

a. Los ladrones ya tienen identificado y planeado el artículo o los artículos a hurtar y entran a la tienda con un propósito definido.

b. Las mujeres se orientan al área de perfumería y joyería ya que la mayoría de los artículos están expuestos, y son de un tamaño fácil de ocultar entre su ropa y partes del cuerpo.

c. En tanto los varones se decantan por artículos como fajas, carteras, corbatas, camisas y pantalones de moda costosos, aunque muchos también hurtan perfumes y joyas. Hay negocios como los supermercados, abarroterías y tiendas de conveniencia que hurtan tabaco y alcohol.

d. El patrón de vestir, hace que se desconfíe de las personas que entran en grupo o de dos a tres personas en diferentes períodos pero casi al mismo tiempo.

e. Por lo general visten ropas sueltas donde puedan esconder artículos, en especial las mujeres con blusas o camisas holgadas, faldas largas y anchas, a veces con pliegues donde pueden llevar bolsas internas y ocultar los artículos.

f. Por lo general tienen un cómplice dentro del grupo de empleados quien provee información y marca horas y áreas débiles, cuales no tienen alarma.

g. Especial atención cuando una persona llega con intenciones de crear distracción, preguntando si aceptan dólares, si aceptan cierta clase de tarjetas etc., lo cual atrae la atención de los vendedores y se descuidan.

Visto y conociendo la amenaza y que es considerablemente dañina, además de los estudios y análisis de riesgo es conveniente:

1. Apoyarse en la tecnología e impulsar medidas electrónicas como la instalación de circuitos cerrados de televisión para monitoreo y vigilancia interno y en el perímetro del negocio.

2. La seguridad debe complementarse con seguridad humana (guardias).

3. Contratar monitoreo externo (alarmas en el complejo) en particular para respuesta rápida en caso de sucesos inesperados.

4. No se recomienda preparar estantes con artículos a una altura superior a los 5 pies de altura que imposibilite a los empleados mantener a la vista los artículos.

5. Asegure bajo llave y ponga a la vista los artículos de mayor valor.

6. Evite crear “sitios escondidos” que no se puedan ver y permitan operar a los ladrones.

7. Instalación de espejos convexos o hemisféricos que permitan la visión de los rincones y pasillos ayuda a las cámaras en su labor disuasiva.

8. Póngale vigilancia a los sospechosos que sientan la presión y se larguen.

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