De candidaturas únicas y dogmatismos legalistas
De candidaturas únicas y dogmatismos legalistas
Por Marcio Enrique Sierra Mejía
La realidad sociopolítica de hoy pasa por otro de esos ciclos de controversia política y posturas de oposición jurídico constitucionalistas convencionales, ya probadas en tiempos anteriores, que al final, se resuelven con pragmatismo político.
Tal parece que el fundamento filosófico de la sociedad política hondureña, vista en una perspectiva histórica, está en la idea de que el único criterio válido para juzgar el valor o la verdad de cualquier doctrina, decisión, etc., es tomar en cuenta sus efectos prácticos. En otras palabras menos complicadas, es decir lo que vale es lo que funciona. En nuestro devenir político, actuamos con prescindencia de ideologías principistas y de cosmovisiones teleológicas, haciendo lo que parece más adecuado, de acuerdo a cómo se presentan las circunstancias de cada momento.
Eso ocurrió en tiempos de ROSUCO y los políticos con magia ilusionista, sin consultar a los ciudadanos, resolvieron con afincado pragmatismo político inmediatista, evitar la continuidad de dicho actor político negativo que controlaba los hilos del gobierno, sencillamente estableciendo una jugada jurídica que le dio un golpe a la Constitución, al establecer artículos pétreos, que violaron el derecho humano a la reelección, colocando barreras jurídica reaccionarias, que ahora nos tienen enredados porque la realidad de este tiempo indica, que contamos con un presidente merecedor y con méritos para ser reelegido.
No hubo de pasar mucho tiempo cuando volvimos a vivir un nuevo ciclo de pragmatismo político con el sometimiento de los nacionalistas a la alternativa B, que con esa magia pragmática, los políticos resolvieron para que el candidato Azcona se hiciera de la Presidencia, logrando la continuidad de los liberales en el poder del Estado.
Igual modelito se volvió a aplicar en el caso del candidato Maduro y con ejemplar pragmatismo, le posibilitaron al nacionalismo, la participación de su candidato. Y así, continuamos enfrentando y resolviendo procesos, en los que cualquier trampa jurídica, son resueltas mediante la aplicación de una ideología pragmática cuyos límites están en la dificultad para prever las consecuencias a largo plazo de las acciones que se toman y en la tendencia a desentenderse de realidades que no encajan en nuestra corta visión de las conveniencias momentáneas.
Hoy por hoy vivimos una situación política en la que la ideología pragmática volverá a ser aplicada. Bajo condiciones en que las fuerzas de la izquierda radical se han enraizado inteligentemente bajo coberturas liberales para abrir una ruta hacia la toma del poder del Estado.
La candidatura única que busca promover cierta fuerza opositora, tiene la marca del espíritu antagonista, propio de posturas dogmático políticas influenciadas por métodos favorables a la intensificación del odio clasista. Hablan de una coalición electoral para agrupar a los liberales y a los demócratas conservadores en torno a un candidato o programa común, que beneficie los intereses políticos de la élite política marxista ortodoxa, que pretende mantener y controlar una cuota de poder real del Estado a través de Libre, con el fin de fundamentar un cambio en las relaciones de producción, que tienda a la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción y a la implantación de un régimen político distinto al del estado capitalista.
Por su parte el Partido Nacional, ha decidido apoyar una candidatura única que ofrece un programa nada clasista y de apertura democrática que posibilite la transición, hacia mejores estadios de desarrollo económico, social y político, siempre bajo principios de mercado capitalista pero más inclusivo y propenso, a la satisfacción de derechos y la libertad del libre pensamiento.
La actual coyuntura política es absolutamente distinta a la vivida en tiempos del gobierno de Suazo Córdoba. El régimen gubernativo actual es completamente distinto. Cuenta con el apoyo ciudadano en una mayoritaria proporción que le da una fuerza real para validar la reelección de JOH.
Actualmente, se vive un vacío de oposición reflejado contundentemente en el débil liderazgo opositor que no da muestras de ser más efectivo, capaz y confiable al que ofrecen las fuerzas nacionalistas, y más específicamente el liderazgo de Juan Orlando, quien demuestra diariamente ser un digno, honrado y eficaz Presidente óptimo para reelegirlo. Un asunto propiamente pragmático que quiere ser obstaculizado utilizando artimañas propias de profesionales leguleyos que dominan sofismas jurídicos especulativos, para crear enmarañamiento, confusión, dudas y temor para evitar el triunfo del nacionalismo democrático, la transición pacífica y el desarrollo capitalista inclusivo que favorece el cambio social sin temor a los corruptos, narcotraficantes, y en general, a las fuerzas del mal que se esconden detrás de movimientos sociales inapropiados y con fines anarquistas y de desestabilización política.
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