Ambición pastoral



Ambición pastoral


Por Mario E. Fumero


Recientemente leí en el Diario La Tribuna del 7 de agosto del 2016, un comentario muy acertado del periodista Miguel Osmundo Mejía, el cual me llamó la atención sobre el hecho inaudito de dos pastores hondureños que aspiraban a un puesto político de elecciones populares, y no fueron aceptados en vista de que la Constitución de Honduras prohíbe a los religiosos ocupar puestos políticos, razón por lo cual, estos dos supuestos ministros pusieron una demanda a organismos internacionales de derechos humanos contra el Estado de Honduras, para obtener una indemnización por no permitirles participar en las elecciones como candidato a diputado ya que ejercían un ministerio pastoral. Esta indemnización será pagada por el erario público, cayendo la deuda sobre los contribuyentes.

Es absurdo, ilógico e inaceptable que personas dedicadas a proclamar el evangelio de Jesucristo, cuya misión es cuidar del rebaño del Señor, quieran intervenir en política, olvidando el llamamiento de Dios y contaminarse con el sistema político nacional porque tales acciones son contrarias al Espíritu de la palabra de Dios.

También es una vergüenza para los evangélicos tener esta clase de hombres que llamándose apóstoles, siervos y ministros del evangelio, se olvidan de la proclama para la cual fueron llamados, y se dedican a poner contiendas y juicios internacionales sobre una nación, por el simple hecho de no dejarles ser diputados, ya que la Constitución así lo establece, y es correcto porque el Estado debe ser laico, y la Iglesia como cuerpo de Cristo, apolítica, pues la Biblia ordena que ninguno que milita en el reino de Dios debe involucrase en los negocios de este siglo.

No esperemos que el mundo secular y los incrédulos denuncien estas acciones vergonzosas de los pastores Heriberto Chicas y Mario Tomas Barahona, haciendo escarnio de toda la Iglesia y los ministros que estamos claros en lo que es nuestra responsabilidad, los cuales dejan ver con su actitud un precario testimonio evangélico a nivel nacional e internacional, por lo cual espero que el cuerpo ministerial de la Asociación de Pastores y la Confraternidad Evangélica de Honduras se pronuncien, y hagan ver que la actitud de estos dos ministros no representan el sentir de la iglesia evangélica nacional, y que lamentamos profundamente que tales personas que dicen ser siervos del Dios Altísimo, actúen como simples mundanos, demandando a una nación que no les permitió complacer sus caprichos ambiciosos en su deseo de poder y riqueza, porque estos son, como dice la Biblia “manchas en nuestros ágapes”.

Espero que tales ministros se arrepientan y reconozcan su error, y que en las iglesias que pastorean, sus miembros los confronten con su actitud, la cual atenta contra los principios del evangelio, ¿Creen ustedes que Jesús hubiera demandado al estado romano por sus injusticias? Tales personas dejan un mal sabor de boca en el marco de nuestra sociedad, y tristemente esto dos ministros ambiciosos nos meten a todos en el mismo saco, pues viven impúdicamente, satisfaciendo sus deseos carnales como dice Judas 1-12. Dios tenga misericordia de ellos.

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