Fondos FIRSA e impuestos

Fondos FIRSA e impuestos

Por Roberto C. Ordóñez

El caballito de batalla de todos los aspirantes a la Presidencia de la República en sus campañas se compone de cuatro aspectos principales: mejoramiento de la salud pública; mejoramiento de la educación; viviendas para los pobres y fomento de la producción agropecuaria, además de otro montón de promesas que se quedan en eso.

El doctor Reina (QDDG) prometió 200 mil viviendas para los pobres, que se quedaron con los colochos hechos esperándolas. Se hicieron unas cuantas que se inauguraron con bombos y platillos y ahí murió la flor. Por falta de dinero no se hizo ni la décima parte de las 200 mil prometidas, y buena parte de culpa en este asunto la tienen los alcaldes municipales que cada vez exigen el cumplimiento de más requisitos, además del alto costo de los terrenos que no permiten la construcción de viviendas baratas. La especulación en el precio de los terrenos es terrible.

Un metro de construcción de vivienda barata cuesta más o menos cinco o seis mil lempiras y por un lote de terreno en bruto de cien varas cuadradas en cualquier arrabal los vendedores no se tocan los hígados para pedir 5 mil dólares o sea unos 115 mil lempiras. Si construimos una casita de 40 metros cuadrados, solo en costos de terreno y construcción directos se nos van 355 mil lempiras. Si a esto agregamos los costos financieros; el 35 por ciento del terreno que hay que destinar a calles, áreas verdes, equipamiento social y otros, el costo se va por las nubes. Sumémosle los altos intereses; gastos de venta y utilidad del desarrollador, la humilde casita que es apenas una unidad básica la tenemos que vender en por los menos 800 mil lempiras, cuyas cuotas de amortización no están al alcance de los que ganan el salario mínimo, que son la mayoría de los hondureños que tienen trabajo.

El expresidente Maduro prometió irrigar 10 mil hectáreas de terreno para fines agrícolas durante su gobierno. Pese a sus buenas intenciones, que yo sepa no se irrigó ninguna o a lo sumo algunas pocas que pasaron desapercibidas y mientras tanto seguimos dependiendo del agua que nos manda San Isidro Labrador para producir, pero todos los ministros de la SAG cuando toman posesión dicen que habrá maíz y frijoles para comer y para exportar. Un prolongado verano o un invierno copioso acaban con sus promesas.

Pero hay buenas noticias para el agro. Mediante la circular número PE-14/2016, el Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda, (BANPROVI), en su condición de fiduciario del Fideicomiso para la Reactivación del Sector Agroalimentario y de la Economía de Honduras (FIRSA) decidió modificarlo para incluir en el financiamiento del ganado de barba, o sea los cabros. Financian inversiones y capital de trabajo.

El reglamento establece un interés del 7.25 por ciento anual para el usuario final, lo cual es muy bueno para los masoquistas del agro, pero como seguramente el reglamento fue preparado por técnicos de escritorio lo hicieron muy complicado y los fondos solo pueden ser utilizados por productores grandes y medianos. Los pequeños quedan fuera de combate.

A todos los solicitantes de los fondos FIRSA les exigen la presentación de un flujo de caja y un plan de inversiones por la duración del proyecto, sin considerar que los pequeños masoquistas nunca han oído ni siquiera hablar de un flujo de caja ni de un plan de inversiones, además que dependiendo de la lluvia para producir no pueden proyectar nada a largo plazo. Lo más que pueden hacer es confiar en los partes meteorológicos de COPECO que a cada rato fallan. Anuncian grandes inundaciones y hay sequía o al revés.

Eliminaron el 15 por ciento de Impuesto Sobre Venta para los insumos agrícolas y maquinaria, lo que es un gran alivio. Ojalá incluya los repuestos y que la ley se publique y reglamente antes de que empiecen las siembras de postrera.

En la calle anda la bulla que quieren fusionar BANADESA con BANPROVI para hacer un solo banco de primer piso. Sería un tremendo error agregar un lastre que hundiría a BANPROVI, que hasta donde sé anda muy bien.

Hay que capitalizar y despolitizar BANADESA. No sé qué habrá que hacer primero.

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