Matar en nombre de Dios

Matar en nombre de Dios

Actualmente tenemos a cristianos matando a musulmanes en la República Centroafricana, musulmanes matando a cristianos en Siria e Irak, israelíes matando a musulmanes en Gaza, budistas matando a musulmanes en Burma, y para los yihadistas, todos los demás somos “infieles” para ser eliminados para que ellos puedan conseguir su “pasaporte al paraíso”.

Los auténticos “creyentes” no deberían matar en el nombre de Dios, aunque en casi toda la historia humana se han repetido los mismos errores para prosperar una religión u otra. Todas las religiones e iglesias son organizaciones y construcciones hechas por el ser humano, con sus defectos y sus fallos intrínsecos.

Personalmente, y soy agnóstico, prefiero la Regla Dorada, que no falla nunca al menos que uno sea masoquista:

“Trata a tu semejante como a ti te gustaría ser tratado”. Esta regla tan sencilla elimina automáticamente problemas entre razas, géneros, nacionalidades, religiones, elecciones sexuales, etcétera. ¿Por qué es tan difícil aplicarla y ponerla en práctica? ¿Por qué no tiene más “creyentes, adeptos o seguidores”?

(N de R: Injustificables atentados terroristas, como los ocurridos el viernes 13 del presente en París, ponen en evidencia que incluso en nuestros días se sigue utilizándose el nombre de Dios como pretexto para las peores manifestaciones humanas).