Genios a la vista

Genios a la vista


Por Benjamín Santos

El contenido de este artículo es un poco irónico, pero no irrespetuoso. Cuando en la escuela decíamos una tontería, los compañeros nos gritaban la frase que sirve de titular a esta columna. Vamos a mencionar tres genialidades sin mencionar sus autores para que no se sientan orgullosos.
1. Se ha informado que en la nueva ley de armas o como se llame el instrumento jurídico que regula la tenencia y portación de armas, cada ciudadano tendrá derecho a poseer cuatro armas en vez de cinco que autoriza la presente ley, pero que solo se podrá portar una. Gran avance. Quizá se ha comprobado que los delitos se cometían con la quinta arma y no con las otras cuatro. Max Weber definió el Estado como el instituto que reclama para sí el monopolio de la violencia. Si aplicamos este concepto a Honduras concluiríamos que no es un Estado, porque hay más armas entre los particulares que las que tienen los órganos de seguridad del Estado si se suman también las armas de las agencias privadas de seguridad. En USA la tenencia de armas por los particulares viene desde la fundación de la nación, porque cada comunidad de migrantes tenía que velar por su propia seguridad, pero al relajarse las costumbres ya sabemos las matanzas que ocurren en los centros educativos de manera que el presidente Obama ha declarado la conveniencia de reducir o terminar con esa costumbre. Siempre que se plantea la necesidad de un desarme general, saltan muchos diciendo que los honrados necesitan armas para defenderse de los delincuentes. Tengo decenas de casos para probar que las armas comprometen en vez de garantizar la seguridad, porque los delincuentes matan por robar el arma o para anticiparse a la reacción de la víctima. El arma no es seguridad para nadie ni para los policías cuando se pierde el respeto.
2. En la nueva ley de la Policía se dará al director la facultad de depurar la institución. Ya existió con ese propósito la oficina de asuntos internos que no funcionó. Después se creó la DIECP a cargo primero de Eduardo Villanueva y luego del actual director. Parece que ese organismo resultó chiche de hombre, es decir que no sirve para nada, pero en realidad su función era investigar y luego enviar los expedientes al Ministerio de Seguridad o a la Fiscalía y ahí durmieron el sueño de los justos. Ese organismo va a desaparecer y sus funciones pasarán al director de la Policía. Veo dos problemas: El espíritu de cuerpo que prevalece en los cuerpos armados, creado a raíz de que en cumplimiento de sus funciones deben actuar como un solo cuerpo lo que los obliga a no decir ni denunciar nada de sus compañeros que pueda dañar ese espíritu de cuerpo. Es mejor que ese control esté a cargo de un órgano fuera de la jerarquía policial, pero ya se intentó y de ninguna manera ha sido posible volver pura, es decir depurar la Policía. El otro problema es el riesgo de caer en la arbitrariedad si no se respeta el derecho de defensa y luego se ordene judicialmente el reintegro con el pago de todos los salarios caídos.
3. Finalmente un diputado quiere captar el voto de los jóvenes para su reelección proponiendo un proyecto de ley que elimine la prueba de aptitudes que confunden con examen de admisión. No se trata de una prueba de conocimientos, sino una prueba para descubrir las aptitudes y actitudes a fin de definir mejor la carrera que le conviene estudiar a cada quien. Esto para que no se gradúen profesionales en carreras académicas para las cuales no tenían vocación. En Alemania existe o existía el famoso númerus clausus, es decir un número limitado de estudiantes que podían ingresar y se seleccionan según su récord en sus estudios anteriores. Claro que allá existe la alternativa de estudiar a nivel universitario las carreras técnicas para quienes tengan más aptitudes manuales. Y esto porque la naturaleza no distribuye en forma igualitaria los talentos. Por la misma razón la universidad de Salamanca hizo famoso su slogan: Lo que natura no da, Salamanca no lo pone. El diputado ponente dijo una frase ofensiva para las universidades privadas: ahí lo que vale no es la capacidad, sino el dinero. Es falso. En la universidad privada donde todavía trabajo, después de que me expulsaron de la Nacional por viejo y feo, no hay hijos de millonarios y se valora el talento y la dedicación. En conclusión: conviene mantener la prueba de aptitudes, que no es examen de admisión por conocimientos.

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