Reelección: La panacea política


Reelección: La panacea política


Al parecer, el remedio a los males relacionados con nuestro sistema político actual, se centran en contar con un sistema electoral, que cuente con la figura, que permita la reelección presidencial en legal y debida forma. La mayoría de los países democráticos del mundo, poseen esta figura, y en nuestro país incluso ya ha existido. Fue en la Constitución vigente de 1982, en donde se suprimió la reelección, por razones ampliamente discutidas y explicadas por los expertos en el tema.

No obstante, como ciudadanos amantes de la paz, el orden, la legalidad y sobre todo, con el deseo de que nuestra patria se desarrolle en un ambiente democrático fuerte y estable; estimamos que existe la necesidad de que se restablezca la figura de la reelección, afirmo esto, basado en las observaciones que se hacen, en el reclamo de la clase política, pero sobre todo en la necesidad de poder darle oportunidad, a un gobernante, que ha ejercido la presidencia con buen suceso, de tener la opción para seguir con su buen trabajo, si el pueblo lo vuelve a favorecer con el voto.

Lo que expongo, lo hago, desde mi punto de vista, y sostengo que esta es la oportunidad de enfrentar esta situación, que para muchos se ha convertido en un problema, para otros un capricho, ambición, patriotismo, etcétera. Esto dependerá desde dónde se vea el panorama político; sea desde el poder o desde la llanura. Pero, que a manera de interpretación simple, es una necesidad; de lo contrario, esta situación se estaría repitiendo permanentemente, obstaculizando cualquier labor de gobierno, provocando el reclamo de reelección casi desde el inicio de los períodos presidenciales.

Como el caso de nuestro actual gobernante, abogado Juan Orlando Hernández, quien cuenta con la petición de su partido, para participar en elecciones internas y poder acceder a la candidatura presidencial el 2017, todo esto luce muy bien, a decir verdad, el panorama político actual, nos muestra muy pocas opciones, sumado a la débil e inútil oposición, lo que hace resaltar aun más la labor realizada por nuestro mandatario, quien sin lugar a dudas, ha obtenido logros importantes; sobre todo considerando el hecho de haber heredado un país al borde del precipicio. Siendo objetivos e imparciales, el mandatario cuenta con el mérito para reclamar otro período presidencial.

Hasta aquí, todo bien; pero es de vital importancia, hacer las cosas, acorde a los sagrados intereses de la patria; muy cerca están los tristes acontecimientos del año 2009, entendemos que aquel fue, un escenario diferente, en aquella ocasión, se amenazó con cambiar nuestro sistema político, pretendiendo instaurar un régimen totalitario, por lo tanto, el fondo no era una reelección si no más bien una transformación.

Ahora se revive la disyuntiva; ¡afrontémosla de una vez!, pero no a sombrerazos, pidiendo revoluciones o invocando a la violencia; si los actos de violencia surgen, esto será culpa de ¡todos los políticos! por no utilizar la política para resolver de una vez esta situación.

En el momento actual, y con el alcance y entendimiento legal que poseemos, estimo que hay un laberinto de ideas, expresiones, declaraciones y manejo publicitario, que da como resultado una tremenda confusión popular. Entiendo que el señor Presidente ya aceptó la petición de su partido para postularse a las elecciones internas. Las voces y acciones histéricas de la oposición no se han hecho esperar, de aquí a las próximas elecciones, para las cuales falta mucho tiempo, se espera un escabroso camino por recorrer.

Será que nuestros políticos, no pueden ponerse los trajes de Lempira y Morazán, como proclaman algunos, y actuar con patriotismo para salvar la situación, antes de que esta se desborde hacia callejones sin final. ¡La misma Constitución da la salida; cuando ya está a reventar y no da más cabida para reformarse!

Ningún interés, sea este personal o de grupo, está sobre los sagrados intereses de la patria. Señores políticos, de una vez por todas arreglen este asunto de la reelección. Después de todo, al final son los votos los que deciden.

Vuelvo y repito, este es un problema de naturaleza política, por lo tanto la solución les corresponde a los políticos, ¡no traten de desviar la atención hacia otras instituciones!

Debo aclarar necesariamente: que como un oficial en retiro, tengo el derecho a participar en política, por lo tanto a elegir y ser elegido, así como a expresar mi criterio de forma estrictamente personal.

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