La educación sexual en los centros educativos

La educación sexual en los centros educativos

Por Mario E. Fumero

La educación sexual, al igual que los valores morales y religiosos que forman el carácter de nuestros hijos, deben ser enseñados y formados en los hogares por los padres, y jamás el Estado, ni los sistemas educativos deberán invadir la intimidad y a la formación moral de los menores en los principios espirituales.

Estamos ante un serio peligro, y necesitamos poner voz de alerta a las iglesias, familias y al mismo gobierno. Se está discutiendo a nivel mundial el tratar de imponer en Honduras la enseñanza sexual dentro de los centros educativos. No es algo nuevo, pues el exministro de gobernación Áfrico Madrid comentó que “de forma encubierta los organismos internacionales planean promover el libertinaje sexual, la diversidad sexual, el aborto, a través del uso de la píldora abortiva del día después, y otras ideas más; en 2013 y como representantes del Estado de Honduras asistí ante la Asamblea de CEPAL/ UNOPS/ FPNU, que se celebró en Uruguay, y nos opusimos a permitir estas cosas en nuestro país. Marlon Escoto formó parte de nuestra delegación, y presionó para que aceptáramos estas cosas, a lo cual nos resistimos; ahora no hay estorbos, ni oposición, para implementar esta conducta ¡abominable!”.

Ser tolerante ante esta situación representa un serio riesgo para los padres, ya que la orientación sexual promulgada por los organismos internacionales es extremadamente liberal, y le abre la puerta a las conductas incorrectas como es relaciones prematrimoniales, aceptación de la homosexualidad, el uso de preservativo desde temprana edad y la promiscuidad sexual, que desencadenará más niñas embarazadas, enfermedades de transmisión sexual, mayor explotación sexual y el aumento de la paternidad irresponsable.

Hoy estos organismos arremeten de nuevo para tratar de implantar en las escuelas hondureñas la educación sexual liberal, y es un deber de los padres de familia, de las iglesias y del Estado evitar que tal influencia entre a nuestro entorno, pues en los países en donde se ha implantado esta filosofía, los abortos y problemas de explotación sexual se han disparado, y no me cabe la menor duda, que las consecuencias para nuestra nación será catastrófica en la salud sexual y emocional de muchos adolescentes y jóvenes.

Yo espero que la Confraternidad Evangélica de Hondura, como defensora de los valores morales y cristianos de las iglesias evangélicas, haga sentir ante el Presidente de la República Juan Orlando Hernández el peligro que representa suscribir este plan, para permitir una educación sexual contraria a los valores tradicionales del cristianismo.

Consideramos que es la responsabilidad de los padres el educar sexualmente a sus hijos, de acuerdo a los valores cristianos, ya que sabemos que una vez que se sale fuera del marco familiar, la misma puede ser manipulada comercialmente, y las consecuencias la sufriremos en el futuro, aumentándose los niños abandonados, los abortos, la explotación infantil y las enfermedades de transmisión sexual.

Recuerdo que en el año 2002 formé parte de una comisión que habló con el entonces ministro de Salud para contrarrestar la promoción de los condones (preservativos) en los centros educativos, bajo una propuesta de las organizaciones internacionales, que demandaban al Estado distribuir dichos condones entre los adolescentes con la condición de financiarle con recursos económicos fondos para combatir el Sida. Nos opusimos abiertamente, pero los intereses de los organismos internacionales en el aspecto económico logró que el gobierno permitiera la distribución de estos condones en las escuelas, y para mayor desgracia, los mismos que habían sido adquirido por el Estado ya habían caducado.

En el pasado, Honduras había adoptado, en la asamblea celebrada en El Cairo, el no implementar esta política pública; sin embargo, no sabemos si el actual gobierno asumirá esa decisión, o cederá frente a los deseos del organismo del Fondo de Población de las Naciones Unidas, FPNU, para permitir la tan controvertida cartilla de educación sexual en los centros educativos, con lo cual se destruiría los valores tradicionales y se estimularía la promiscuidad sexual.

Las iglesias y los padres debemos pregonarle al gobierno cual es nuestra posición frente a esta tendencia de promover el aborto, el matrimonio gay y la promiscuidad sexual a través de una cartilla de educación sexual que se tratará de impartir en las escuelas en el año 2017. Estemos alerta y defendamos los valores del matrimonio, la castidad y la vida, que son los postulados proclamado por el Señor Jesucristo.

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