Inoperancia de organismos internacionales

Inoperancia de organismos internacionales
Por: Dr. Israel Romero Puerto
Juris Doctor (jurista internacional)
PhD – israel09r@yahoo.com
La resolución rusa de separarse de la Corte Penal Internacional pone en tela de duda la autoridad de organismos internacionales en materia de tribunales de Justicia, pero los pone en la palestra pública como inoperantes.

El motivo de la decisión de Rusia de salirse, es la misma que argumentó los Estados Unidos para no ser signatario del Estatuto de Roma que le dio vida el 1 de julio, 2002: proteger a sus ciudadanos de posibles juzgamientos en represalia a las acciones de su país de origen. Esta corte puede inclusive aplicar la pena de muerte por crímenes internacionales de genocidio, contra la humanidad y de guerra. Rusia y los Estados Unidos siempre están envueltos en guerras en otros países.

Esta corte inició sus funciones con 124 países miembros. Pero casi de inmediato, tres se retiraron: Burundi, Sur África y Gambia. Además, se separaron Kenya, Namibia y Uganda, y otras naciones africanas alegando discriminación racial. Ahora se suma Rusia en la lista de desafiliados. En sus 14 años de funcionamiento, la CPI (International Criminal Court, en inglés), solo ha sentenciado cuatro individuos, y ha gastado un billón de dólares. Es decir, es un elefante blanco, tragadinero. La cancillería rusa, al hacer el anuncio de su retiro, reiteró estos datos.

La CPI ha iniciado 32 casos criminales, de los cuales solo ha condenado cuatro individuos. Los demás han sido exonerados, o sus juicios pospuestos indefinidamente. Parece que para poner en funcionamiento ese organismo recibieron capacitación en Honduras.

La inoperancia, politización, y corrupción ha llegado a este organismo internacional, igual que otros émulos del área centroamericana y del Caribe. En Centroamérica hay dos organismos que nada más son vacas lecheras para que mamen sus tetas los políticos corruptos. La Corte Centroamericana de Justicia, y el Parlamento Centroamericano son refugio de políticos corruptos a quienes los gobernantes de los países miembros nombran para protegerlos con la supuesta inmunidad de que están revestidos sus diputados y sus jueces. Honduras, por ejemplo, gasta unos 30 millones de dólares al año en esos dos elefantes blancos, y siempre nombra como representantes a expresidentes y extitulares de carteras ministeriales que de otra forma, deberían estar en la cárcel.

Estos dos organismos regionales jamás han resuelto un caso, jamás han investigado un caso, jamás han promulgado una ley que intente solucionar un problema en la región. Por supuesto que el día que se atrevan a hacer algo, nadie cumplirá sus órdenes, porque no tienen autoridad ni jurisdicción real para operar. La escuelita de la risa de la maestra Canuta tiene más seriedad y más autoridad que ellos. Déjeme decirle que varios de los miembros de esos dos elefantes blancos centroamericanos han sido arrestados “moviendo quesos” por toda Centroamérica. Para los que no entienden: han sido capturados con contrabando y con camiones llenos de cocaína. No debiera decirle lo siguiente, pero ya que insiste: los liberan casi de inmediato. Esa práctica la aprendieron de la justicia hondureña.

José Ugaz, presidente de Transparencia Internacional, hizo una visita fugaz a Honduras para husmear en la reciente elección de magistrados del Tribunal Superior de Cuentas. Habló como un estadista y calificó el TSC como, “fórmula política que desatiende el pedido de la ciudadanía de poder participar y saber por qué se toman este tipo de decisiones”.

Me gustó eso. Lo que no me gusta es que abrigue la esperanza que, “el gobierno pueda corregir esto que es un grave error y que a su vez, en la agenda que viene por delante, no se repitan este tipo de situaciones”. Ugaz, tienes un pensamiento muy fugaz. Yo presenté mi candidatura, y mi nombre ni siquiera apareció en la lista oficial publicada en el portal del Congreso Nacional en internet. Los tres magistrados (majes en el estrado, decía un compañero de la escuela de leyes) nombrados, ya estaban oficialmente juramentados antes de comenzar el proceso de elección. El Presidente los había nombrado, y todos los demás ya estabamos muertos y sepultados, sin chance de resucitar como Jesucristo.

La Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, Holanda, inicia casos criminales únicamente contra ciudadanos de países signatarios. Y de esos países inicia juicios cuando no hay un juicio criminal pendiente en el país de origen del ciudadano. Esa es una de las debilidades de la CPI, ya que un país anula o bloquea sus actuaciones iniciando un cargo criminal por la misma causa contra quien debería ser enjuiciado por la CPI. Los remiten a esa corte cuando quieren deshacerse de un enemigo político. Igual es lo que Honduras hizo al entregar a Estados Unidos a Yani Rosenthal y Rafael Leonardo Callejas, para librarse de dos fuertes contendientes para presidente en las elecciones del 2017.

Donald Trump confirmó recientemente que habló por teléfono con el presidente ruso Vladimir Putin. Expertos aseguran que una de las recomendaciones de Trump a Putin fue retirar a Rusia de la Corte Penal Internacional.

Nosotros opinamos que un país como Honduras no debería desperdiciar millones de dólares al año en organismos internacionales como CPI, Corte Centroamericana de Justicia y Parlamento Centroamericano, y de la OEA, como medida para comenzar a combatir la corrupción y la impunidad. Honduras lo que necesita es una CICIH, porque es supervisada por la ONU, el único organismo internacional con verdadera autoridad y probada reputación.

Comentarios

Entradas populares