EN UN MUNDO PARALELO

EN UN MUNDO PARALELO

NO se ocupan encuestas para indagar sobre lo que, de momento, aflige a los hondureños. Son aquellas cosas que más impacto tienen en su vida cotidiana. Por ejemplo, para los cientos de miles de compatriotas indocumentados que viven en los Estados Unidos y los parientes que dejaron atrás, el tema de las deportaciones sin duda figura primero en la lista. Los dueños de puestos en los mercados, los ambulantes, los agobiados comerciantes que a duras penas mantuvieron sus negocios abiertos durante todo el año –castigados por las medidas del FMI que contraen la demanda– ruegan, con el alma en la mano, que las ventas navideñas compensen algo de lo perdido. Para el batallón de desocupados que después de andar meses enteros buscando trabajo, ya no lo encontró porque las empresas y el sector público están despidiendo no contratando y porque la alta carga impositiva del FMI a la iniciativa privada impide la generación de fuentes de empleo, le cae como lluvia sobre mojado ese muro que piensan levantar a lo largo de la frontera mexicana. Eso, y el anuncio de deportaciones masivas, les matan la pequeña esperanza que abrigaban de irse mojados a buscar futuro en otro lado.

El acoso del Bantral a la moneda –devaluándola, centavo en centavo, para quedar bien con sus jefes del FMI– que ahora se cambia a 23.32 lempiras por dólar, ha encarecido todos los bienes importados. Los pobres consumidores resienten el alza de los precios de las medicinas, del vestuario, de muchos alimentos, de la gasolina, de la energía eléctrica, de los insumos que ocupan en el campo para sembrar. Los industriales ya no aguantan el encarecimiento de las materias primas por efecto de la devaluación. Y hasta el fisco sufre porque el deslizamiento incrementa el valor y lo que se paga de servicio de la deuda que, dicho sea de paso, ya superó los niveles que había cuando la perdonaron. Si bien los índices de violencia –por acciones emprendidas por el Estado– no son ni remotamente lo que eran unos años atrás, todavía la inseguridad espanta. Esos crímenes pavorosos han disminuido, pero todavía las garras feroces del crimen organizado y las pandillas mantienen en vilo a grandes sectores de la población. Los operadores de justicia y las fuerzas de seguridad son ahora más efectivos –hay investigación, judicialización de muchos delitos y capturas y operativos contra los carteles y bandas criminales– pero también las redes delincuenciales han mutado. Varios se fueron extraditados y quizás el trasiego de droga ya no sea lo que era unos meses atrás, pero lo de abajo queda operando de otra manera. Las extorsiones tienen de correr a los ciudadanos honestos; un buen número ha tenido que cerrar sus pequeños negocios porque no aguantan el “impuesto de guerra”.

Si esos son graves problemas que angustian a los hondureños ¿Por qué será que poco interés merecen de parte de los políticos? ¿Sobre qué versa el debate público? Escuchen y lean las noticias todos los días ¿Quiénes de todos esos dirigentes políticos abordan los temas que al pueblo acongoja? Como si vivieran en un mundo paralelo, divagados en lo suyo y en nada más. Enfrascados en la reyerta sobre la reelección, si la reglamentan o queda indefinida, si las planillas se ajustan al compromiso de la trenza, si hay que hacer vigilia para que no cambien las planillas, si solo con un movimiento se puede ir a primarias, si el dueño del partido es el que manda o los que se sublevaron, si votaron a favor o en contra de las candidaturas de consenso, si les van a dar representantes a todos en el TSE o solo a los que negociaron con el partido de gobierno, si la MACCIH entiende que los panaderos hacen pan, si en las fórmulas van futbolistas, caras nuevas y rostros viejos, si con la nueva Ley de Financiamiento los empresarios van a querer dar contribuciones, si ya agotaron las reformas electorales o en el camino siguen arreglando los bultos. Para hacer más entretenido el espectáculo si van a aplicar detector de mentiras o polígrafo a los precandidatos ¿Y todavía se azoran de por qué estamos como estamos?

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