Consensos, reformas y discursos para violentar la Constitución

Consensos, reformas y discursos para violentar la Constitución

Por Abog. Octavio Pineda Espinoza(*)

Llegó lo que todos los hondureños esperábamos, por fin, el ciudadano Presidente de la República se quitó la máscara y el fin de semana recién pasado y ayer abrazó lo que había venido preparando con zancadillas, imposiciones e intimidación, la afirmación de ser el siguiente candidato del Partido Nacional confirmando su sed de poder y su deseo de reelegirse más allá de su término legal y constitucional por encima del principio de legalidad y de la Constitución misma.

Particularmente no me extraña, conocí a Juan Orlando en las aulas universitarias y siempre fue sectario, ambicioso sin medida y con marcadas tendencias al culto a la personalidad, además de tener un enorme desdén por la ley a pesar de haberse graduado como profesional del Derecho, ¡qué lástima y que tristeza!, el ciudadano que prestó su promesa constitucional al asumir el cargo diciendo: Prometo ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes , es el primero en violentarla y con eso manda un mensaje aterrador a todos sus funcionarios, simpatizantes, conciudadanos, seguidores y no seguidores, “él está por encima de la ley” aunque la Constitución, la historia y el pueblo digan lo contrario.

Ya presentíamos ese desenlace cuando la semana pasada los nacionalistas, en un bochornoso maridaje con Libre y con Pac y en un intercambio de votos por puestos en el Tribunal Supremo Electoral y el Registro Nacional de las Personas, lograron aprobar las famosas candidaturas por consenso al interior de los partidos políticos, jugada que buscaba legitimar falsamente la candidatura única de Juan Orlando dentro del PN evitando así la democracia interna que debe promoverse en todos los partidos y que, solo sirve para asegurarle la posibilidad de una futura inscripción como candidato de esa institución política; de igual forma introdujeron a la Cámara una reforma al artículo 15 de la Constitución con la intención de hacer más importantes algunos tratados internacionales en los que basan su pretensión reeleccionista, que la misma Carta Magna, sabiendo de antemano que eso no es jurídicamente correcto.

Parece ser que el Partido Liberal, fiel a la ley como único marco aglutinante de la sociedad y fiel a sus estatutos internos, es o será el único que se oponga con valentía y con los argumentos de derecho ante semejante irrespeto al principio de la supremacía constitucional; Libre, cooptado por Zelaya y engolosinado por la perspectiva de la reelección así como por la posibilidad de poner un seguidor personal en el Tribunal Superior de Cuentas para que haga desaparecer las investigaciones, expedientes y procesos que ahí tiene pendientes y Nasralla, enmarañado en una polémica incitada y dirigida por el partido de gobierno y obnubilado por el ofrecimiento de puestos en el TSE y RNP son incapaces de ver más allá de sus narices y entender que este es el momento en que debe actuar la oposición en conjunto en defensa de la ley, la constitucionalidad y el estado de derecho.

No hay duda que el tortuoso camino de la redención de todos los partidos de oposición comienza con la defensa integral de los derechos violentados a la hondureñidad en los tribunales de Justicia y en la Sala de lo Constitucional de la CSJ aunque ya sepamos que esos órganos están siendo dominados y manipulados por la Presidencia y que, por lo tanto, no tienen la independencia que la Constitución señala deben tener los tribunales y cortes de justicia, un segundo paso es convocar a toda la oposición a manifestarnos quede la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia, uno de los pilares de nuestra novel democracia.

Finalmente, todas las fuerzas políticas y sociales del país, que creen en la democracia participativa, en los principios antes señalados y en la primacía de nuestro texto constitucional que taxativamente y con claridad señala en su artículo 374: No podrán reformarse, en ningún caso… los artículos constitucionales que se refieren a la forma de gobierno, al territorio nacional, al período presidencial, a la prohibición para ser nuevamente Presidente de la República, el ciudadano que lo haya desempeñado bajo cualquier título y el referente a quienes no pueden ser presidentes de la República por el período subsiguiente, tales fuerzas debemos hacer un llamado respetuoso a las Fuerzas Armadas de Honduras para que se apresten de acuerdo a lo señalado en el artículo 272 párrafo segundo de la Constitución, a defender la integridad territorial y la soberanía de la República, mantener la paz, el imperio de la Constitución, los principios de libre sufragio y la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República.

Y así, esos discursos preparados y previamente elaborados por la cúpula de poder del Partido Nacional serán la mejor prueba de lo que ya hemos sabido por meses, que están dispuestos a violentar la ley y la Constitución solo para darle gusto a los caprichos personales de alguien que se considera a sí mismo como una especie de rey, por encima de la legalidad y dispuesto a jugarse una condena por los delitos de traición a la patria que son imprescriptibles, pudiendo ser deducidos en cualquier tiempo, presente o futuro, a él y a todos los funcionarios, diputados, expresidentes que promuevan el continuismo y la inconstitucional reelección.

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