Observadores electorales
Observadores electorales
En las últimas elecciones practicadas en Honduras, hemos tenido la
presencia de observadores electorales internacionales, que más parecen turistas
que veedores del proceso eleccionario, ya que simplemente se concentran en ver
si el pueblo sale a votar, si hay presencia de personas coartando el derecho a
votar, y al final del cierre de los centros de votación, proclamar a los cuatro
vientos de que el proceso eleccionario fue todo un éxito y que no hubo arbitrariedades
de parte de los electores ni de las autoridades encargadas de dirigir el
proceso eleccionario.
En Honduras, conociendo la idiosincrasia de los políticos, a todo nivel,
estos manipulan a través de sus seguidores el proceso electoral, convirtiéndolo
en un circo en donde el más aventado y oscuro candidato sale entre los más
votados, como ser el uso de magia blanca, el llenado irregular de las urnas
electorales, el uso de muertos para inflar el número de votantes, la compra
descarada de votos, muchos con fondos del pueblo, y lo más importante la
utilización de partidos de maletín, cuya membresía no les da para tener delegados
en las mesas de votación, por lo que recurren al trillado préstamo de sus
activistas para cubrir dichas mesas, lo que da como resultado una ventaja para
quien tiene más delegados en las mesas, con la capacidad de anular o promover
votos no aptos, pero que la mayoría manda, lo que nos lleva a “ Que en la
contada les ganamos”, lo cual ocurre con harta frecuencia.
Los observadores electorales internacionales, para que su actividad sea
objetiva y veraz, deben participar de la siguiente manera:
1.
Ellos
deben estar en las mesas electorales en el momento que se abren los centros de
votación, verificar que las urnas electoras no estén llenas de votos
previamente.
2.
Permanecer
el mayor tiempo posible en los centros electorales, verificar el cierre de las
urnas.
3.
Estar
pendientes cuando se cierren los centros de votación, ver que los activistas de
los diferentes políticos no adicionen más boletas de votación de forma dolosa.
4.
Estar
presente cuando se inicia el conteo de los votos, verificar que los votos sean
válidos, si hay controversia, verificar que se hace lo correcto para anular a
legitimar un voto.
5.
Cuando
termine el conteo de votos, verificar que las actas electorales coincidan con
el número de votos escrutados.
6.
Fotografiar
las actas electorales, para impedir su manipulación a posteriori por los
activistas políticos.
7.
Divulgar
estas actas electorales de inmediato al público, para garantizar que no se
manipulen resultados.
Definitivamente, solo de esta manera se podrá tratar de adecentar los
procesos eleccionarios en Honduras, en donde la cultura del fraude tiene carta
de ciudadanía, ante la desidia y complacencia del Tribunal Supremo electoral,
cuyos integrantes responden a los intereses partidarios y no en los intereses
del país.
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