Colapsado el IHSS
Colapsado el IHSS
Por Armando Cerrato
Atestado de enfermos de ambos sexos y de todas las edades lucen a diario las diferentes salas de consulta externa e internado del casi colapsado Hospital de Especialidades del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Lo más lamentable del caso es la pedantería, soberbia y grosería con que el personal administrativo, de servicio, vigilancia y uno de supuesto servicio al público trata a los cientos de derechohabientes que van referidos de clínicas periféricas y de sus propias de consulta externa, tras meses, semestres y hasta años de haber concertado una cita con un especialista.
Por ello, el IHSS conserva una mora espectacular en cuestiones quirúrgicas, a veces sumamente traumáticas y en el tratamiento especializado que requieren muchas personas que tras perder días enteros a la espera de lograr un cupo para consulta al fin son diagnosticados y referidos a los especialistas para un tratamiento adecuado.
Pero, conseguir una consulta externa es toda una historia, conseguir una cita referida a veces es casi imposible, porque quienes las otorgan solo saben decir “venga dentro de tres, seis meses, un año y a veces hasta dos años, como si las enfermedades esperaran tanto tiempo magnánimamente sin causar daños al organismo.
En las diferentes salas del hospital de especialidades no existen las condiciones infraestructurales y mobiliario necesario como para que los pacientes esperen con alguna comodidad por horas y horas a ser atendidos por médicos que llevan una carga de entre 20 y 25 pacientes por turno, por lo que la mayoría de los derechohabientes montan en cólera, gritan y se vuelven agresivos, especialmente contra el personal que de mala manera les trata, específicamente contra el mal llamado de servicio al público que supuestamente ha sido contratado, no solo para tratar de organizar la masa, sino para facilitar su acceso a las diferentes áreas visitadas en busca de salud.
Resulta que este personal de servicio al público actúa de manera prepotente sin importar la edad y sexo del derechohabiente o su condición física, por lo que se arman colas de ancianos, discapacitados, que incluso salen del edificio y van pasando de tres en tres a consulta u otras gestiones, usualmente para que se les diga que deben comprar en el exterior o por su cuenta, los medicamentos que se les han indicado porque la institución carece de ellos.
La sala de emergencias es un verdadero caos y pasa atestada y en ella los médicos atienden los casos priorizándolos, de manera que alguien con algún dolor que requiera de investigación etiológica debe esperar por horas a ser atendido sino ha ingresado fracturado, sangrante o casi muerto.
Justo es reconocer que una vez que uno ingresa al hospital la atención es en la medida de lo posible muy profesional y adecuada, pese a que los médicos y otro personal trabaja con muchas limitaciones en cuanto a medicamentos, porque sí hay equipo de última generación en varias de las especialidades.
Pese a que se hace un esfuerzo porque todo el proceso se vuelva digital aún se trabaja con expedientes de papel y escritos a mano, muchos de los cuales ya lucen deteriorados por el uso y el paso del tiempo por lo que los médicos deben ir reconstruyéndolos con la pérdida de tiempo que se podría utilizar para atender a otros pacientes.
En las ventanillas de farmacia las colas son enormes, el personal es mínimo y usualmente no se encuentra atento a su trabajo y se entretiene leyendo periódicos, manicurándose o sosteniendo coloquios entre ellos, mientras los pacientes gritan que por favor se les atienda.
Lo peor del caso es que tras hacer una enorme cola se llega a la ventanilla, se entrega la receta y se obtiene la respuesta de “esto no hay, tiene que comprarlo”, y hasta le indican la farmacia donde puede encontrarlo. Existe otra serie de problemas que detallaré en artículos posteriores porque no es posible que esta entidad intervenida por el Estado siga funcionando en las condiciones precarias con que lo hace. Pero si usted tiene un amigo o amiga que trabaje en servicio al público en el IHSS ya se salvó: conseguirá cupo y facilidades para obtener una medicina.
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