Denuncias y responsabilidades



Denuncias y responsabilidades

Por Juan Ramón Martínez

Los jueces no aceptan denuncias sino están respaldadas con pruebas. De forma que lo que se diga en los tribunales de los Estados Unidos, sobre compatriotas nuestros, son afirmaciones –incluso las respaldadas por los fiscales que muestran sus pretensiones en los juicios en que intervienen– a las que el juez escucha; pero que aprecia y valora, una vez que le han presentado las pruebas respectivas. En una oportunidad con magistrados y diputados, observé, un juicio en un tribunal de Washington. Las pretensiones de la Fiscalía y la defensa eran contrapuestas. Cuando concluyó la presentación de argumentos y pruebas solicitadas por la juez, ninguno de los que estaban a mi lado –dos magistrados de amplia experiencia– anticipó la decisión de la misma. Acerté, tan solo porque les llevé la contraria. El indiciado fue condenado.

En los últimos días, hemos leído a un implicado en narcotráfico, testigo de la Fiscalía, en un juicio en un tribunal de Nueva York en contra de Fabio Lobo. Algunas personas, poco enteradas de la lógica de los juicios, creen que todos los testimonios son iguales, que lo que dicen los testigos es la verdad, y que el juez, los acepta sin valorarlos. Y que, además, en algunos casos, cuenta con un jurado que le ayuda a determinar si el indiciado es o no culpable. El testigo de la Fiscalía ha acusado a figuras políticas de por lo menos dos partidos políticos. Hasta ahora no hemos oído ni a los abogados de Fabio Lobo y mucho menos a los testigos que, en su oportunidad presentará su defensa. Es decir que hemos escuchado solo una parte del juicio. De forma que, aunque presumamos de jueces, no podemos ejercer tal hipotética función, porque solo tenemos la mitad de las declaraciones y no conocemos las pruebas para hacer un juicio. De allí que lo correcto, en este caso y en todos los que somos de alguna forma testigos involuntarios, es esperar la decisión final del tribunal. Bien sea por la resolución del juez o la declaración de culpa o no, por un jurado. Por lo que, es irresponsable señalar culpables. Aun cuando, el juez haya declarado al denunciado como imputado. La presunción de inocencia, obliga a esperar. Porque mientras una persona no es juzgada y sancionada, se reputa como inocente si antes no se ha declarado culpable. Pero en el caso que se le impute y se le someta a juicio, todavía hay que esperar, por el concepto anterior, que el juez, lo declara culpable, para exigirle responsabilidades.

La responsabilidad es personal. No tiene nada que ver con los padres –excepto, en el caso nuestro en que, tienen responsabilidad por lo que hacen sus hijos menores– con los hermanos y mucho menos con la nacionalidad, la religión, el partido o la parentela.

En el caso de la mención del hermano del Presidente de la República, JOH no tiene nada que ver en la cuestión. No se le puede exigir responsabilidad alguna. Su hermano por ser mayor de edad, es el único que responde por sus acciones. Ni castigarlo políticamente. Hacer lo contrario, es impropio, incorrecto e irresponsable. Tampoco, Zelaya Rosales es responsable por la mención de su hermano; ni LIBRE por el señalamiento de Adán Fúnez; en ningún momento, probado, que tenga obligación de responder, hasta tanto el juez que lleva el caso, dicte la sentencia y lo declare imputable.

Con todo, hay que señalar –sin caer en partidarismo– que, JOH, no solo es un hombre firme y decidido, “que ha hecho lo que tiene que hacer”, sino que además, claro y ejemplar. El que haya dicho que si su hermano es culpable, lo entregará a la justicia, es un ejemplo cívico a imitar. La imputabilidad es de la Fiscalía y la defensa no es de los parientes. La inocencia de las personas, cualquiera que sea, debe ser respetada. Pero una vez que el juez lo declara imputable, tiene que presentarse ante él. Y sus parientes, antes que andarlo escondiendo, deben ayudarlo a cumplir con sus deberes cívicos.

Esta es la conducta que debemos asumir. Celebro las declaraciones categóricas de JOH. Solo lamento que nuestro sistema judicial, en vez de Tegucigalpa, tenga su sede en los Estados Unidos. Y que, los jueces hablen inglés.

Comentarios

Entradas populares