¡Coca Mamá! y el muro de Trump
¡Coca Mamá! y el muro de Trump
Por Israel Romero Puerto
Juris Doctor (jurista internacional)
PhD – israel09r@yahoo.com
PhD – israel09r@yahoo.com
Unos gobiernos hacen esfuerzos sobrehumanos y gastan millones de dólares para combatir el cultivo del árbol de coca, de donde se obtiene el polvo blanco que pone en honda a millones de seres humanos en el mundo: la cocaína.
Pero el gobernante de Bolivia hace esfuerzos permanentes para aumentar las áreas de cultivo del alucinógeno en su país. El racional del presidente Evo Morales es que la promulgación de la nueva ley para expandir el cultivo es, “porque queremos garantizar coca de por vida”.
Para su información, en Bolivia se cultiva el árbol de coca desde épocas precolombinas, y actualmente proveniente de su hoja consumen bebida de te, uso de fines medicinales, y para recreación -léase para ponerse en honda-. Por ley, en Bolivia se cultivaban 12,000 hectáreas de coca, y Morales le aumentó 10,000 más, para hacer 22,000 hectáreas.
Sin embargo, clandestinamente se cultivan unas 100,000 hectáreas en toda la cordillera de los Andes bolivianos, ya que extraoficialmente se dice que Bolivia exporta más coca que Colombia, país que se tiene como en el número uno en el mundo en ese rubro, a la par del café.
Evo Morales, pasó de presidente de los cocaleros, a presidente de Bolivia en 2006. Siempre anda en “honda”. En Bolivia hicieron una película titulada “Coca Mamá”, que narra y describe incidencias cotidianas en los cultivos de coca bolivianos. Usted no se imagina lo que sufren los campesinos cultivadores, y cuando sacan su cosecha en costales, en el lomo, los asaltan, los matan para robárselas. Los que logran vender su cosechita, apenas hacen para medio vivir. Quienes se hacen multimillonarios son los que la trafican y comercializan en países avanzados como Estados Unidos.
Otro que está tratando de traficar y comercializar la idea de un muro en la frontera sur de Estados Unidos con México es el presidente Donald Trump.
Sigue insistiendo que México pagará por su construcción. Recuerde que Trump es experto en bullying.
Llamar MURO DE TRUMP a la barrera entre México y Estados Unidos es incorrecto. La Ley para un Cerco Seguro (Secure Fence Act) entró en vigor en octubre 26, 2006, cuando la firmó el presidente George W. Bush, después que el Congreso pasó esa ley. El primer paso fue para construir 700 millas de cerca y barreras. Trump no ha inventado nada ni creado nada. Lo único que está tratando es de conseguir que se continúe su construcción.
Para levantar totalmente esa barrera, el Congreso tendría que aprobar de 12 a 15 billones de dólares.
La idea de ese muro vino del Protocolo de Palermo del 2003. El Artículo 11 del Anexo II faculta a los países del mundo a tomar las medidas fronterizas para “prevenir, reprimir, sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños” y complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Transnacional Organizada. En su Artículo 11 del Anexo III faculta tomar las medidas fronterizas necesarias dentro del Protocolo Contra el Tráfico Ilícito de Migrantes por Tierra, Mar y Aire. Es extensivo para prevenir el narcotráfico y el tráfico de armas.
La brabuconada de Trump de hacer que México que pague por ese muro es un acto idiótico. La ley del 2006 es americana, y fue aprobada sin consulta y sin sociedad con México, por lo tanto, si Estados Unidos quiere seguir construyendo ese muro, lo pagará Estados Unidos. Publicar que gravarán con 20% los productos que entran de México a Estados Unidos es otra brabuconada. Hay un Tratado de Libre Comercio Canadá-Estados Unidos-México, que incluye todos los productos, bienes, y servicios que circulan entre los tres países, sin impuestos.
Si Estados Unidos pretendiera oficialmente gravar con ningún porcentaje a productos, bienes y servicios que están protegidos por ese tratado, Estados Unidos se haría acreedor a fuertes sanciones por violar esa ley. La única forma de imponer gravámenes en ese sentido es que Estados Unidos renuncie al tratado y se salga, pero entonces los productos americanos serían objeto de gravamen en los otros dos países. La otra alternativa sería renegociar el tratado, lo cual es factible pero sería impráctico para saciar la ignorancia de Trump, porque las leyes no son “one way”. Las leyes crean derechos y obligaciones para las partes, es decir hay beneficios y cargas para ambos lados.
Pero no se afane, si Trump está demostrando ignorancia e incapacidad para manejar la cosa pública del país más influyente del mundo, también lo demuestran algunos de sus nombrados para cargos importantes.
Se sabe que Trump dice algo hoy, y mañana hace otra cosa contrario a lo dicho. Prometió luchar contra el expansionismo económico chino, y al día siguiente firmó un decreto presidencial retirando a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio Transpacífico (TPP). Con esa decisión, Trump dejó el campo libre a China para asumir el rol de principal protagonista en el comercio transnacional. El gobierno chino inmediatamente asumió esa posición que en vez de perjudicar les beneficia inmensamente.
Nosotros opinamos que alguien tiene que frenar la sed de Bolivia de producir más coca, y poner a Evo Morales en su puesto: la cárcel. También opinamos que a Trump las cortes de su mismo país lo están frenando en su esquizofrenia anti-inmigrante, y que su destino final será inhabilidad por insanidad mental para ejercer el trabajo de Presidente de Estados Unidos.
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