DORMIR TRANQUILO

editorial la tribuna

EN la OEA no van a suspender a Venezuela. Más de una docena de gobiernos, en una nota, exhortaron a Caracas a liberar los “presos políticos, devolver todas las facultades al Parlamento controlado por la oposición y convocar elecciones de gobernadores que han sido postergadas indefinidamente desde el año pasado”. Pese a que en la misma nota solicitan la reunión extraordinaria para leer el informe actualizado –sobre la caótica situación prevaleciente en aquel país– presentado por el Secretario General, van a darle largas a eso de la activación de la Carta Democrática. Pese a que el mismo informe explica que se han agotado las instancias diplomáticas tendientes a presionar al país a enrumbarse por la ruta democrática –uno de los requisitos previos a cualquier decisión más radical que se adopte– van a continuar acariciando el animalito.

Nicolás se comunicó telefónicamente con un par de los gobiernos que suscribieron la nota solicitando la reunión para discutir el caso venezolano –entre ellos México y Panamá– para convencerlos que esas son patrañas de Almagro y que el diálogo convocado por la autocracia va viento en popa. Con el solo inconveniente que a nada han llegado y que el inmenso bloque opositor rehúsa sentarse a la mesa. Ambos –según afirma Nicolás– le aseguraron que la reunión solo es para seguir charlando. Ni en broma se les ha ocurrido solicitar la suspensión de Venezuela del organismo regional, por lo que Nicolás puede dormir tranquilo. El otro día un vocero del Departamento de Estado norteamericano dio a entender que tampoco favorecen la suspensión porque es mejor tenerlo adentro que afuera. Varios cancilleres llevan instrucciones precisas que pueden platicar todo lo que quieran en esa reunión pero la estrategia consiste en continuar chineando al mal portado; de ser posible hacerle caricias para que deje de chillar. (Se ocupan 24 votos de los 34 para proceder a la suspensión. Nicolás cuenta con sus estrechos aliados sumados a la docena de países del Caribe a los que por años ha suministrado petróleo en condiciones preferenciales). Más bien una bañada se consiguió el autor del informe. La canciller de Nicolás pretende que la reunión convocada sirva para evaluar la dizque “actuación ilícita” de Almagro y si no fuera mucho pedir que de un solo aprovechen para destituirlo. En una intervención previa –sentada al lado del Secretario General– abrió la tapadera, arremetiendo con sus acostumbradas invectivas: “Almagro es un mentiroso, deshonesto, malhechor y mercenario, traidor de todo lo que representa la dignidad de un diplomático latinoamericano”.

Uno de los diputados más influyentes del oficialismo –“con el mazo dando”– ha dicho que “esta conspiración pretende convertir a la OEA en una nueva forma de agresión para dar golpes de Estado (…)” aquí quieren dar un golpe de Estado, y más bien un favor les harían con la suspensión ya que a su criterio “la OEA es algo que debió haber desaparecido hace muchos años”. El fracasado diálogo solo ha servido como exquisita tregua a la autocracia. Pero aunque a otros miembros, en el pasado, ya les hayan aplicado la medida máxima, en un decir Jesús; en juicios sumarios, sin tanto protocolo de agotamiento de esfuerzos diplomáticos o de diálogo como en este caso, improbable que ello vaya a suceder ahora. En el Club de Presidentes hay casi un compadre hablado que agresiones a la democracia solo hay cuando se atenta contra un jefe de Estado. ¿Qué otra salida les queda, entonces, que no sea continuar masticando la masa?