No estamos solos
No estamos solos
Por: Francisco Zepeda Andino
Cnel. ® FAH
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En un artículo enviado a LA TRIBUNA el 2 de octubre del 2015, titulado “El sol salió anoche y me cantó 1/2”, escribíamos: “Desde la antigüedad hasta nuestros días, el hombre ha estado fascinado con la idea de no estar solos en nuestro planeta cada vez que levanta la cara en la noche y contempla la inmensidad del espacio. Igual, nos atrae especular sobre el fin de la humanidad. ¿Cómo y cuándo desaparecerá nuestro mundo? ¿Será el fin de la civilización o existen alternativas para sobrevivir? ¿Podremos “colonizar” un planeta con características similares a la tierra? En su conferencia de prensa del día 22 de febrero, 2017, la NASA, Agencia Espacial de Norteamérica nos ha contestado parcialmente esas preguntas.
En la trascendental reunión, 5 científicos, investigadores y astrónomos, dos de ellos damas, expusieron el descubrimiento en el sistema esteral TRAPPIST 1, de 7 exoplanetas, orbitando alrededor una estrella enana roja, y 3 reúnen las condiciones mínimas necesarias para ser considerados dentro del rango de habitabilidad que incluye temperaturas no extremas, densidad atmosférica, posible presencia de agua y otros factores. Este sistema está localizado en la constelación de Acuario.
El 23 de julio del 2015, la NASA ya había anunciado el descubrimiento de otro exoplaneta en la constelación del cisne (Cygnus) nombrándolo Kepler 452b orbitando alrededor de la estrella Kepler-452 muy similar a nuestro astro rey, el sol. ¿Cómo saber cuáles planetas podrían ser habitables para nuestros descendientes? Los científicos han desarrollado una fórmula llamada SPH (Standard Primary Habitability) o “Habitabilidad Primaria Común”, siendo que para poder sostener vida humana, un cuerpo sideral debe tener unas condiciones mínimas similares a la tierra. Una de esas condiciones es la temperatura media. En Kepler 452b esta se estima es 29.35° centígrados, y siendo la temperatura ideal para el desarrollo de vida vegetal 25°, a Kepler 452b se le asigna un factor SPH de 0.93 mientras nuestra tierra es 0.72.
Otro factor de medición para los científicos es el IST o “Índice de Similitud con la Tierra”, utilizado para valorar la infinidad de cuerpos celestes y compararlos con nuestro planeta azul. Kepler 452b tiene un índice de 0.83 que es bastante alto. Por el tamaño de la estrella primaria Kepler-452, un año en Kepler-452b tiene una duración de 385 días. La principal limitante existente hasta ahora para exploración espacial es la velocidad desarrollada en el vacío sideral por sondas o naves. Todavía no estamos ni cercanos a la velocidad de la luz, (300.000 kilómetros por segundo), y con el sistema Kepler ubicado a 1.400 millones de años luz, sería casi imposible llegar.
Como referencia podemos decir que la Galaxia más cercana a nuestra Vía Láctea, es la Galaxia Can Mayor (Canis Maior), a 25,000 años luz y viajando a esa velocidad nos tardaríamos 25,000 años en llegar. El sistema TRAPPIST-1 recién divulgado, está a 40 años luz o sea a esa misma cantidad de años de la tierra. Como la exploración del sistema todavía está en sus fases iniciales, no tenemos los factores IST y SPH para los tres exoplanetas que se consideran con posibilidades de sostener una u otra forma de vida.
¿Podremos en el futuro viajar a velocidades muy superiores a la de la luz? Los exponentes de la teoría de la relatividad, física y mecánica c cuántica, agujeros de gusano y otros, como Einstein, Planck, o recientemente el astrofísico Stephen Hawking, han sostenido que en un futuro, con los descubrimientos por venir, podremos viajar a velocidades superiores a la luz.
Todavía no se esclarece cuáles serán los efectos fisiológicos o mentales sobre el cuerpo humano, en una permanencia muy prolongada en el vacío interestelar o de un viaje sin retorno.
Dentro de la vastedad del universo y hasta donde la tecnología nos ha permitido observar, cerca de 3,500 exoplanetas han sido identificados, de los cuales 350 son considerados con condiciones adecuadas de “habitabilidad” y unos 4,700 están con posibilidades de ser incluidos para posteriores estudios. Solo la Vía Láctea, nuestro hogar, se estima tiene entre 200,000 a 400,000 millones de estrellas y ella es solo una entre los cientos de miles de millones de galaxias.
No hemos querido abordar consideraciones de tipo religioso por lo sensitivo del tema. Las mayores religiones del mundo consideran un ser supremo como creador del universo, ya sea bajo el nombre de Dios, Yahveh, Alá, e inclusive el Popol Vuh, libro de enorme valor histórico de la civilización maya, relata la creación del mundo y otros hechos de carácter religioso. “Esta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio, todo inmóvil, callado y vacía la extensión del cielo”.
Ya la pregunta sobre vida en otros planetas, sea animal, vegetal u otra forma, no es si la hay, sino cuándo la encontraremos.
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