UNAH: Peligroso test para el PN


UNAH: Peligroso test para el PN

Por Juan Ramón Martínez

Anticipamos que la actitud de Julieta Castellanos, impidiendo la participación estudiantil en la UNAH, polarizaría a la opinión pública. Y afectaría al gobierno de Honduras y comprometería a JOH en su reelección. Muy poca gente está en favor del vandalismo; ni que unos pocos jóvenes, impidan que los estudiantes y profesores cumplan con sus obligaciones educativas. Pero la mayoría está, en contra del estilo policial de la rectora Castellanos, su reelección, y su autoritarismo en contra de los estudiantes, cuya fuerza está en crecimiento como se vio el miércoles pasado. Con todo, lo grave es que, la oposición a Castellanos –que parece razonablemente encariñada con la conducción de la UNAH– constituye por un lado, un test indicativo de la oposición del público con respecto a la reelección y por el otro, un entrenamiento para que los jóvenes opuestos a ella, voten en contra del Partido Nacional. Porque es muy claro que el P.N., al llamarse al silencio; sin desmarcarse del comportamiento de la rectora en contra de los estudiantes, da la impresión que apoya a Castellanos en contra de la juventud. A la que se le niega el derecho humano a la participación, cuando fueron ellos, en el siglo pasado los que conquistaron, la autonomía de la UNAH, ahora menguada y mediatizada.

Hay más de 500,000 jóvenes que participarán por primera vez en las elecciones generales. Fuera del Partido Nacional, que ha abierto en forma deliberada la puerta para que participen e incluso desplacen a los dinosaurios que se niegan a “morir”, ningún otro partido se ha ocupado de ellos. La lucha que se hace en la UNAH, sin embargo favorece a la oposición. Pero no a la oposición democrática, sino que a la candidatura de Libre que ha levantado la bandera del rechazo al gobierno e incluso a la desobediencia civil, de la que se ha ocupado Nasralla en algunos momentos. Los jóvenes universitarios, están aprendiendo a rechazar a los políticos. Pero descubriendo, simultáneamente, el valor de la política. Lo que les empujará a votar por el político que luzca menos político. Y en este caso, la figura representativa es Nasralla. Pasará lo que ocurrió con los indignados y sus marchas. Pero los jóvenes que por formación democrática, se encuentran incómodos con la oposición a Castellanos, no se deciden a apoyarla porque no le ven futuro a sus posturas. Pero no tienen liderazgo; ni orientación de sus profesores, como en el pasado. Por ello es que lo que ocurre en la UNAH es muy peligroso. Y debe enfrentarse fuera de los caprichos, con mentalidad progresista; pero definición democrática.

El problema es sencillo. No tiene mayores complicaciones. Alguien debe mediar, porque los interlocutores están agotados, especialmente los que representan a Castellanos, que al favorecer la intervención de la autoridad externa a la UNAH, no solo desgarra los últimos restos de la autonomía, sino que además empujan los jóvenes hacia los tribunales que, por su naturaleza general, busca la sanción y en muy pocos casos, la conciliación y el acuerdo. Por ello, debe haber una amigable intervención interna que le dé continuidad a la que han iniciado el Comisionado Nacional de la Defensa de los Derechos Humanos y la Interventora de la ONU, de forma que además de la queja en defensa de los derechos de los jóvenes a la protesta, se busque una solución que permita una salida al problema que cada día que pasa, se vuelve un factor tóxico que puede afectar a los resultados generales de las elecciones del mes de noviembre. Esta amigable intervención podría ser de los profesores, por medio de su órgano representativo, la ADUNAH, la Comisión de Educación del Congreso, el TSE. O un grupo de notables: uno por cada movimiento y un tercero, escogido por los estudiantes al azar. Por supuesto, esta reflexión parte de la idea que en los actores del conflicto hay buena voluntad y deseo que la agitación termine. Pero si de lo que se trata es de un movimiento político que lucha en contra del gobierno actual, la única alternativa es acelerar la salida de Castellanos, para que su sucesor, empiece desde cero a negociar, buscando soluciones.

Si no se hace algo. El problema puede volverse incontrolable. Y causarle mucho daño al Partido Nacional y a JOH, especialmente.

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