Prosperidad y seguridad

Prosperidad y seguridad

Por Álvaro Sarmiento

Especialista Internacional
en Comercio y Aduanas
La semana pasada se realizó en Miami la Conferencia Properidad y Seguridad convocada por los EUA y México, con la participación de los presidentes de Honduras, Guatemala y vicepresidente de El Salvador. Participaron también el vicepresidente Pence, los secretarios de estado Rex Tillerson y Kelly de los EUA y el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray quien comentó que el objetivo de la actividad es un “ambicioso esfuerzo de diálogo para identificar retos y oportunidades de colaboración”.

Asimismo, Luis Alberto Moreno presidente del BID, actor omnipresente e importante en la temática de creación de riqueza y desarrollo en la región. Un aliado financiero en estas iniciativas, que sin recursos no pasan de convertirse en titulares y buenas intenciones.

Posiblemente el ciudadano de cada país está bastante acostumbrado a este tipo de eventos, que se repiten año con año y en muchos solo desilusión por los frutos escasos de estas reuniones, pero invito al lector a no dejarse atrapar por este prejuicio (bien fundado) y que tome en consideración la presencia de la máxima jerarquía de la política externa de los EUA, donde no se acostumbra a perder el tiempo en reuniones triviales y sin resultados concretos. La inversión de tiempo de los tres funcionarios de ese “calibre”, tomando en cuenta el tamaño e importancia estratégica de nuestros países, si la comparamos con Irán o Siria, parece indicar que para bien o para mal el Triángulo Norte está tomando prioridad en Washignton.

A la actividad se presentaron los actores con tres diferentes roles, los presidentes del Triángulo Norte, supuestamente el origen -al menos geográfico- del problema, México y EUA, los países que reciben el efecto de los problemas de inseguridad y en tercer lugar el BID como responsable en buena medida que los préstamos que se otorgan a los gobiernos, tengan efectos reales y que se conviertan en elementos que favorezcan la prosperidad.

El vicepresidente Pence comentó que a través de la Alianza para la Prosperidad, ya se han hecho compromisos en los últimos años, superando los US$2.800 millones para estimular el crecimiento, mejorar la seguridad, erradicar la corrupción, poner fin al ambiente de impunidad y promulgar otras reformas importantes. Estas son inversiones vitales en su futuro.

Asimismo mencionó el compromiso del presidente Trump para solicitar $460 millones de dólares adicionales para la seguridad y prosperidad en América Central.

Del lado del BID, se anunciaron fondos por US$750 millones para proyectos de infraestructura en los países del Triángulo Norte. Como monto global con los gobiernos se mencionó la cifra de 2 mil quinientos millones de dólares en inversiones de infraestructura.

Lo anterior es una magnífica noticia, mejorar puertos, carreteras, puestos fronterizos, es importante, pero de ninguna manera la esencia del asunto. Convertir a Honduras en un imán para la inversión y nuestros conciudadanos en camino a los EUA implica ante todo, el aseguramiento de la vida y de la propiedad. Un estado de derecho que tenga los instrumentos, también coersitivos para asegurar lo anterior.

También estabilidad en las “reglas del negocio”. Ningún inversionista mueve sus capitales sin tener claro el marco tributario y que las instituciones tributarias funcionen más o menos bien. Tampoco invertirán si el Poder Judicial está viciado o que sus decisiones dependan de la política partidista o simplemente de mejor pago.

La mayor parte de la solución no está fuera de Honduras, depende de decisiones serias y valientes, una ciudadanía cada vez más involucrada y activa, no solamente cada cuatro años.

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