Prisiones en América Latina, verdaderas escuelas delincuenciales
Prisiones en América Latina, verdaderas escuelas delincuenciales
Por: José Rolando Sarmiento
En casi todos los países latinoamericanos es cada vez más común que las prisiones sean controladas por bandas criminales, que imponen sus reglas y someten a todos los presos, mientras las autoridades penitenciarias lucen su incompetencia y sometimiento a la voluntad de los poderosos delincuentes que dirigen a los privados de libertad.
Argentina está conmocionada por la sucesión de fugas que se vienen produciendo en varios años en distintas cárceles del país. Solo en los últimos tres meses se escaparon más de 50 presos, “evadirse de una cárcel es muy difícil. La gran cantidad de fugas, que se dieron con formas cinematográficas poco creíbles, hacen pensar que en realidad siempre se dan con ayuda de algún mal funcionario. Nadie se escapa sin ayuda interior”, según Francisco Miguel Mugnolo, procurador penitenciario de la nación, siendo la principal sospecha que los guardias penitenciarios liberan a los presos a cambio de un monto determinado. En un año, la Procuración registró solamente en las prisiones federales un total de 21 muertes violentas y 426 casos de tortura.
México, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en el 60% de las cárceles hay autogobierno. Eso significa que los grupos que lideran el crimen organizado manejan a su antojo el funcionamiento de los pabellones, y hasta tienen las llaves de los candados que permiten pasar de un sector a otro. Desde 2010 se fugaron más de 500 presos y murieron casi 400 reclusos en distintas riñas producidas en todo el país. La superpoblación es del 25.8% y las torturas son una práctica recurrente.
Venezuela, la situación es aún más crítica porque en distintos episodios violentos ocurridos en los primeros seis meses de 2013, 289 reclusos fueron asesinados y 423 resultaron heridos, según datos del Observatorio Venezolano de Prisiones, en el mismo lapso, se fugaron 110 personas. Desde 1999, año en el que Hugo Chávez asumió la presidencia, murieron 21,961 presos. El sistema carcelario tiene capacidad para albergar a 16,539 reclusos, pero la población total asciende a 52,933, lo que supone un hacinamiento del 220%.
El 24 de enero de 2013, como respuesta a la crisis carcelaria desatada por sus políticas, el gobierno ingresó con la Guardia Nacional a la cárcel de Uribana para aplacar un motín. Fue una masacre: 61 internos, 2 visitantes y 1 oficial fueron asesinados. El 16 de septiembre, un enfrentamiento entre dos bandas rivales por el control de la cárcel de Sabaneta, la única de carácter nacional, terminó con 16 presos asesinados con armas de fuego. En consonancia, Iris Varela, ministra del Servicio Penitenciario, anunció el desalojo de las más de 4 mil personas presas en el penal, cuya capacidad era para 700 hombres. Durante los operativos se pudo comprobar que unos 300 niños -200 de ellos menores de 9 años- vivían ahí junto a sus padres en condiciones de extrema precariedad, corroborándose que las cárceles están a cargo de bandas criminales, encabezadas por presos poderosos conocidos como Pranes, convertidos en verdaderos jefes de las prisiones.
Brasil, tiene mucha fuerza en las cárceles de San Pablo, que están en gran medida controladas por el Primer Comando Capital (PCC), una organización conformada por miembros del crimen organizado que residen en la cárcel. Esto favoreció que las bandas criminales se organizaran adentro de las prisiones y establecieran las reglas de convivencia interna: quién puede matar y quién no, quién puede portar armas, cómo deben ser las relaciones sexuales. Hubo un gran cambio en los patrones de convivencia, el preso es hoy más obediente a lo que determina el crimen organizado, que a los estatutos de la cárcel.
Colombia, en 2016 se hizo público que dentro de la cárcel La Modelo hubo posibles desapariciones y torturas en la época de los enfrentamientos entre paramilitares y los guerrilleros. De acuerdo a información recogida por la Fiscalía, los cuerpos de decenas de víctimas eran descuartizados y almacenados en los recipientes donde depositaban los restos de alimentos de La Modelo. Según una fuente de la Fiscalía, los hechos son ampliamente conocidos, así como la conversión de prisiones en verdaderos hoteles de lujo en la época del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.
Los Pranes no son un fenómeno exclusivo de Venezuela, porque en las prisiones de Argentina y de otros países de Latinoamérica y el Caribe, están empezando a surgir figuras muy similares, con otras denominaciones, comprobadas en las penitenciarías de El Salvador, Guatemala y Honduras, sobresaliendo también actualmente, los jefes de las maras Barrio 18 y Salvatrucha.
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