Trabajo infantil

Trabajo infantil

Por Jorge Valladares Valladares
Abogado especialista en Derecho de Familia

El 12 de junio de cada año se celebra universalmente el Día Internacional contra el Trabajo Infantil. En Honduras la cifra supera los 400,000 niños y niñas trabajadores, esto es, catorce estadios nacionales llenos de niños que trabajan, los cuales enfrentan el desafío doble de dejar atrás su infancia por una paga que además de poca, sacrifica su escolaridad y su integridad física como psicológica de por vida.

Hace varios años atrás quedó el debate estéril de qué tipo de trabajo infantil es bueno y cuál malo. Ya que la normativa internacional despejó esas justificaciones, afirmando simplemente que el trabajo de niños menores de 14 años es intolerable y asimismo aquel que independientemente de la edad, sacrifica la escuela o es peligroso para su salud e integridad. Con ello, las políticas del Estado deben orientarse a definir planes de trabajo a nivel nacional, regional y local para asegurar que los niños estén en la escuela y en ambientes familiares protectores.

Sin embargo, las estadísticas nacionales son certeras, el índice de trabajo infantil monitoreado por las Encuestas de Hogares y Propósitos Múltiples del Instituto Nacional de Estadísticas, afirma que el mismo ha mantenido una tendencia alcista y que las denominadas peores formas de trabajo infantil están presentes en diversas áreas geográficas de Honduras, tales como: Niños trabajando en minería, hornos de cal, cohetería, extracción de curiles, pesca submarina, trata, migración forzada, reclutamiento forzado en crimen organizado, etc.

El sesenta por ciento de los niños trabajan en el sector agrícola, en lugares sin condiciones dignas, expuestos a altas temperaturas, químicos, herramientas peligrosas, horarios extenuantes, bajos salarios, etc. Si bien es cierto, muchos de los niños en el campo trabajan para su familia, también es una realidad su incorporación en grandes plantaciones agro exportadoras.

Afortunadamente se ha emitido recientemente la Ley de Inspección del Trabajo, una moderna herramienta jurídica para mejorar las labores de inspección en diferentes entornos laborales para prevenir y evitar el trabajo infantil y otras formas de explotación laboral. La misma desde luego debe ir acompañada de recursos financieros y humanos adecuados para esa enorme tarea.

Es necesario entonces que el Estado revise su agenda en el tema que nos ocupa, ya que evitar que los niños trabajen y abandonen la escuela, es una tarea que se relaciona con el desarrollo humano, disminuye las brechas de inequidad, exclusión, pobreza y salvaguarda nuestra infancia. El slogan de World Vision no puede venir mejor al tema: “Una niñez protegida, promotora de una sociedad más justa y segura”, esto es, cíclico, una sociedad que invierte en su niñez, asegura su futuro.

Festejemos este 12 de junio, logrando un mayor compromiso de las familias, la comunidad y el Estado a favor de nuestros niños, en especial los que laboran silenciosamente, transpirando por una sobrevivencia cotidiana.

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