Mentes retorcidas por la ambición
Mentes retorcidas por la ambición
Por Boris Zelaya Rubí
“Hay muchos tipos de críticas en el ámbito político de un país. Está la encaminada con el único fin de derrocar un gobierno. Esa no pretende que los abusos, las violaciones o los atropellos se corrijan; al contrario, quienes la hacen prefieren que empeoren pues desean motivar una reacción de antipatía exacerbada, para crear las condiciones para defenestrar a un mandatario”.
Uno de los aspirantes a la Presidencia de la República con un partido “de bolsillo”, que no alcanzó en la contienda pasada ni siquiera a ganar un diputado, está de nuevo en la palestra pública ¿cuáles son las intenciones del fundador? Sus opciones de triunfo están como decía mi buen amigo don Luis Bier: ¡en la cola de un venado! Solo falta que con la modalidad impuesta por el exlíder del Partido Anticorrupción (PAC), se quiera convertir en dueño absoluto de una agrupación política, y por obra y gracia de sus ambiciones o como dice el vulgo con malicia, se dedique a vender las credenciales como un excelente negocio, o recibir favores del nuevo mandatario.
Es increíble hasta donde los mueve la codicia, cuando carecen del conocimiento y responsabilidad de manejar la administración pública, despotrican hablando de todos los males que afectan al país, culpando al actual mandatario. De manera que cualquier enamorado que por celos mata su concubina ¡es culpa de Juan Orlando! Y si resulta un muerto por una bronca producto del alcohol ¡es culpa de Juan Orlando! Si un conductor de una rastra en estado de ebriedad desbarata a un turismo causando muertes ¡es culpa de Juan Orlando! Total que creen, que se logra protagonismo sembrando aversión hacia el Presidente, y lo que demuestran es un malsano proceder, deseando atraer prosélitos, inyectándoles odio. Sus mentes están retorcidas por la ambición.
Desafortunadamente siempre ha habido muertes por diferentes causas, la población ha crecido y el adelanto en los asuntos de comunicación permite que los ciudadanos con un teléfono móvil, se vuelvan informadores de cualquier desgracia. ¡Los muertos por causas naturales o violentas son a diario! Algunos de los que critican, cuando tuvieron su oportunidad de servir al pueblo ¡no hicieron nada! Pero si salieron con un nuevo estatus económico por ser “muy ahorrativos”, ahora señalan todos los males habidos y por haber, culpando a otros y sin ofrecer ninguna fórmula para solventarlos. Algunos dan la impresión de que deliran por ingerir algunas sustancias raras ¿creerán que se pueden resolver los problemas, como los magos de los cuentos, vistiendo una túnica negra adornada con medias lunas, estrellitas y un gorro en punta, una varita mágica, haciendo una musaraña en el aire y pronunciando la palabra mágica ¡Alakazam!?
La democracia permite la participación de todos los ciudadanos, ya sea ejerciendo el sufragio y/o pretendiendo un cargo de elección popular, de ahí surge el mensaje de los que desean dirigir la nación pero con optimismo, con amor patrio, sin volcar sus mentes con deseos malsanos, para manipular la conducta de los ciudadanos, inculcando el odio ¡corazones podridos! Inducen al pleito entre hondureños, los muertos los pondrá el pueblo, mientras ellos se toman sus copas de champaña por el éxito de sus maléficas estrategias que no son otras que ¡instalar una constituyente y cambiar el sistema de gobierno! ¿Habría que sacarlos del país? Al fin y al cabo ya están acostumbrados. Finalizamos refiriéndonos a los que alborotan a los maestros, enfermeras, estudiantes y universitarios para justificar sus gastos y los viajes por todo el mundo como garantes de sus derechos, como si fueran los únicos humanos en Honduras. ¡Unos a la bulla y otros a la cabuya!
De rodillas solo para orar a Dios.
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