Si hablas como un patán nunca serás tratado como un señor

Si hablas como un patán nunca serás tratado como un señor

Por Hildemaro Infante

Consultor Gerencial, docente y escritor 
(Web: www.hinfante.com, Twitter:@hinfantei)
El lenguaje influye más de lo que se piensa. En apariencia el lenguaje es un medio de comunicación e intercambio pero también es un reflejo de cultura, herencia, y tradición, lo que realmente forma parte de la esencia de los seres humanos y que no puede ser influido totalmente por la globalización. Las palabras pueden impactar la vida de una persona y transforman creencias limitantes en visiones más amplias que permite manejar más alternativas. Cuando no concientiza esta realidad los seres humanos pierden de vista que las palabras generan confusiones y limitantes.

Muchas veces se habla desconociendo que lo que decimos marca la conducta, no es algo accesorio, ni meramente formal, la palabra hace conduce los sentimientos, y esto es así porque la mayor parte de lo que hemos aprendido y somos lo ponemos en práctica con el lenguaje oral. Por este motivo expresar correctamente con palabras lo que sentimos suele ser un gran paso hacia el logro de los objetivos y metas. Un avance transcendental para conocer el corazón de los seres humanos, el propio, predecir comportamientos y aprender a convivir procurando la mejora continua.

Cuan se usa un lenguaje vulgar cotidianamente como herramienta para comunicarse, la persona va contaminando su espíritu y conciencia, trasmitiendo que no está dispuesto a seguir normas y que independientemente de la situación social, de poder o académica en la que se encuentre, es un ser vulgar y que la deformación de su habla refleja intenciones negativas, sin cultura ni valores, porque es una incoherencia trasmitir confianza, expresar buenos sentimientos y metas positivas con palabras vulgares.

Los mapas de lenguaje verbal y corporal son muy poderosos para activar de emociones, una sola palabra dicha con un tono de voz y una expresión determinada despierta sentimientos muy fuertes, por ello se hace necesario tomar consciencia del lenguaje utilizado por los líderes empresariales, políticos, académicos porque aquellos que se expresan negativamente de todo, hablan más del pasado que del futuro, despiertan resentimientos y odios, deben ser identificados para filtrar sus palabras y no ser seguirlos porque las consecuencias de su actuaciones nunca van a ser positivas para sus círculos de acción. Por esto cada vez se hace más evidente la falta grandeza y empatía de muchos políticos que emplean lenguajes agresivos para buscar votos dañando a la sociedad y sin brindar soluciones.

Usar un lenguaje positivo que transmita buenas sensaciones y mensajes, hablado con un tono relajado y que exprese felicidad, permite a los seres humanos ganar aprecio e incrementar el deseo de ser escuchado. Somos lo que hablamos sin olvidar que también influye la forma como lo decimos.

No en vano el gran escritor y pensador venezolano Arturo Uslar Pietri expreso: “La palabrota, que ensucia la lengua termina por ensuciar el espíritu.

Quien habla como un patán, terminará por pensar como un patán, hay una indisoluble relación entre la palabra, el pensamiento y la acción. No se puede pensar limpiamente, ni ejecutar con honradez, lo que se expresa en los peores términos soeces…”

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