Pongamos alto a la criminalidad vial
Por: José Antonio Pereira Ortega
Coronel ® japo916@yahoo.es
Coronel ® japo916@yahoo.es
A diario vemos, escuchamos y leemos “noticias” de descomunales accidentes viales, en las ciudades y en las diferentes carreteras de nuestro país, en su mayoría producidos por la manera criminal de conducir de muchos de los actores viales en nuestro entorno nacional.
Hay que evolucionar de la preocupación por levantar estadísticas, esto nos vuelve pasivos y reaccionamos solo cuando suceden mortales accidentes, hay cero prevenciones. Estamos conscientes que el problema es complejo y no solo de Honduras, es mundial y de hecho para buscar soluciones la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el 2010 proclamó la Resolución 64/255 y declarar como guía mundial para atacar esa inseguridad el “decenio de acción para la seguridad vial 2011-2020” con el objetivo de estabilizar y posteriormente, reducir las cifras previstas de víctimas mortales en accidentes de tránsito en todo el mundo, aumentando las actividades en los planos nacional, regional y mundial, presentado por el exsecretario general de la ONU Ban Ki-moon quien materializó la presentación, expresando como introducción:
“Exhorto a los estados miembros, los organismos internacionales, las organizaciones de la sociedad civil, las empresas y los líderes comunitarios a garantizar que el decenio produzca mejoras auténticas. Para dar un paso en esta dirección, los gobiernos deberían dar a conocer sus planes nacionales para el decenio cuando este se ponga en marcha a nivel mundial el 11 de mayo de 2011”.
Todo ello motivado con las investigaciones hechas, que documentan la magnitud del problema y las tendencias ascendentes con cifras que señalan que: Cada año, cerca de 1.3 millones de personas fallecen a raíz de un accidente de tránsito (más de 3.000 defunciones diarias) igual entre 20 millones y 50 millones de personas más sufren traumatismos no mortales provocados por accidentes de tránsito.
Cabe mencionar que el 90% de las defunciones por accidentes de tránsito tienen lugar en los países de ingresos bajos y medianos.Y es que entre las tres causas principales de defunciones de personas de 5 a 44 años, figuran los traumatismos causados por el tránsito.
En cuanto a las tendencias, según las previsiones, si no se adoptan medidas inmediatas y eficaces dichos traumatismos se convertirán en la quinta causa mundial de muerte, con unos 2.4 millones de fallecimientos anuales. Ello se debe, en parte, al rápido aumento del mercado de vehículos de motor, sin que haya mejoras suficientes en las estrategias sobre seguridad vial ni la planificación del uso del sistema vial nacional.
Como estado miembro, nuestro país y tal y como se proclamó en la resolución, cumplió desarrollando los actos de inauguración del decenio el 11 de mayo del 2011, contando con la presencia de las máximas autoridades del país encargadas del cumplimiento de tal resolución y me asalta la interrogante, ¿si existe algún plan al respecto?
El porqué de mis dudas:
1. No he tenido a la vista tal plan, no me consta.
2. En vez de reducirse la inseguridad vial está en ascenso, no hay estabilización, mucho menos reducción a las cifras mortales.
3. Este plan mundial describe medidas que deben adoptarse para mejorar la seguridad en las carreteras y los vehículos, aquí ni lo uno ni lo otro, ni siquiera señalización adecuada hay en las carreteras, pongo como ejemplo que desde Juticalpa hasta río Dulce, en ese eje carretero ni siquiera las líneas de seguridad de carretera existen. No hay un solo aviso de límite de velocidad permitido, como en muchas otras carreteras.
4. No veo cumplimiento a este plan, la única medida conocida es la creación del instituto de transporte que no presenta mayores resultados, actúan a paso de tortuga renca.
5. La Ley de Tránsito es de naturaleza meramente punitiva y no preventiva, más parece un catálogo de multas a disposición de los agentes de Tránsito para agenciarse fondos extras. Estos señores agentes pasan más preocupados de “topar” a los conductores que regular y vigilar el cumplimiento de las medidas de seguridad vial.
6. El otorgar una licencia de conducir es un pingue negocio, hay más preocupación en “vender la licencia” que supervisar si hay merecimiento de la misma.
7. Carencia de educación vial, que debe iniciarse desde la educación primaria, hablan de crear una escuela de transporte, será esfuerzo inútil, más burocracia, porque el problema es de naturaleza conductual y valores morales.
8. Poca protección al peatón, hay ausencia de conciencia de conductores de todos los vehículos, con total irrespeto a los peatones, quienes constituyen un alto porcentaje de víctimas mortales y de traumatismos.
9. Falta de constancia en la supervisión de la manera de conducir de los conductores, pasan distraídos y no respetan a las personas conscientes que con unos cuantos lempiras arreglan la situación. La distracción es la mayor causa de accidentes viales.
10. Nuestra infraestructura vial no tiene una regulación de la velocidad acorde a la condición de las carreteras, además hay pobre mantenimiento de las mismas.
11. Una pobre regulación de los límites de alta velocidad que es la segunda causa de accidentes, y la intención en regularla está orientada a “la multa”, no a evitar imprudencias. Los conductores nos confundimos y no entendemos el dicho “despacio que voy de prisa” que quiere decir que lo importante es llegar a su destino, pero seguro.
Comentarios
Publicar un comentario