El show de trump
El show de trump
Por: Mario E. Fumero
Estamos participando en uno de los espectáculos políticos más llamativos jamás visto en los Estados Unidos de Norteamérica, el cual podemos denominar “el show de Trump”, en donde vemos un presidente que no es político, pero sí una estrella del espectáculo, que con sus muecas y afirmaciones nacionalista y radical, tiene al mundo expectante en lo que pueda hacer, y aunque algunos lo catalogan medio loco, el hombre está bien cuerdo, y sabe lo que está haciendo, apelando a los sentimientos de los norteamericanos, frustrados por las políticas mentirosas de los presidentes anteriores.
¿En qué consiste este show? Sencillamente él trata de demostrar que puede cumplir todas las promesas hechas durante la campaña electoral. No dudo que alguna de ellas es factible, y tienen lógica de ser, pues en muchos de sus análisis tiene razón, pero ¿podrá realizar todo lo que propuso tomando en cuenta la separación de poderes existentes en los Estados Unidos?
Veamos su mayor propuesta, la construcción del muro entre su vecino del sur “México”. La posibilidad de que México lo pague es absurda. Sobre ello hay mucha tela que cortar. El presupuesto para dicho muro tendrá que ser sometido al Congreso, y el Congreso necesitará el respaldo financiero del Tesoro para aprobarlo, pero la deuda interna de los Estados Unidos está sumamente alta, y tendría que recaer en más impuestos para los norteamericanos, porque México ha dicho rotundamente que no lo pagará, y la posibilidad de un impuesto a las exportaciones o remesas no es una medida popular ni factible. Además la construcción de un muro en la frontera no resuelve el problema de la migración ilegal, porque existen las costas pacífica y atlántica por donde también se puede entrar, y allí no se puede construir un muro.
El otro aspecto es su proclama de la deportación masiva de millones de inmigrantes ilegales, lo cual quizás pueda superar las estadísticas de todos los que deportó el presidente Obama en su mandato, que en sus últimos años en la presidencia culminó con cerca de 3 millones de deportados. Pero supongamos que Trump deportará a todos los inmigrantes ilegales, entonces nos haríamos la pregunta ¿de dónde sacaría Trump la mano de obra para forjar sus proyectos de mejoras infraestructurales en el país? El doctor César Vidal Manzanares en un programa de CNN afirmó que para un trabajo tan grande, el país solo cuenta con un 5% de desempleados latinos y negros, los cuales son los que pueden hacer el trabajo duro, porque los blancos norteamericano, que no se prestarían para ello, solo tienen un índice de desempleo del 2%. Y un proyecto así requerirá mucha mano de obra. No podemos obviar que gran parte de la mano de obra en Estados Unidos en el área de agricultura y de construcción la hacen los hispanos, mayormente los ilegales, y se vería obligado a aceptar inmigrantes, o legalizar a los que ya viven allí, que aunque son ilegales, han cumplido sus deberes de pagar impuestos.
Respecto a la política comercial internacional, es necesario entender que los acuerdos que tome el presidente Trump estarán sujetos al aval de las dos cámaras del Congreso, y hay asuntos de trascendencia y de seguridad nacional que no serán aprobados fácilmente por el mismo.
Sobre el no dejar entrar al país a musulmanes, ya la Corte Suprema de Justicia y un juez intervino, declarando que tal medida es ilegal y violatoria de los derechos universales. Toda persona que goce de su permiso, podrá entrar al país, y no se le podrá discriminar por religión, raza o sexo, siempre y cuando reúna las condiciones y los requisitos establecidos en las leyes nacionales e internacionales.
Los decretos presidenciales tienen que estar enmarcados dentro de los convenios y normas constitucionales, y muchos de ellos tendrán que ser avalados, ya sea por el Congreso, o por la Suprema Corte de Justicia, principalmente cuando viole la Constitución. Por lo tanto, veamos el show de Donald Trump como una comedia política, pero no podemos dar por hecho todo lo que él dice que va a hacer, y estoy seguro que muchas de sus promesas nacionalistas y populistas quedarán en papel mojado, aunque firme muchos acuerdos ejecutivos.
No nos preocupemos tanto por lo que puede ocurrir en el vecino del norte, preocupémonos y preparémonos por lo que puede pasar en Honduras, al contemplar la división política que nos puede llevar al caos de una crisis institucional.
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