LAS RECOLECTAS Y LOS DEPORTADOS

editorial la tribuna

SOBRE el tema de la migración, la Directora para las Américas de Amnistía Internacional, denunció que “México se ha convertido “en el país que hace el trabajo sucio” para contener el flujo de indocumentados, al aumentar las deportaciones de centroamericanos. Ejemplificó que, en 2016 hubo un aumento de hasta 200% en las deportaciones de personas de El Salvador, así como de 150% en el caso de guatemaltecos y hondureños”. Ese calvario que atraviesan los inmigrantes indocumentados no se lo deseamos a nadie. Por mucha ingenuidad de los burócratas del Bantral asegurando que este año van a aumentar las remesas, alguien debería informarles que muchos compatriotas están abandonando sus trabajos y refugiándose en hogares de conocidos y familiares legales, intentando esquivar las redadas. El temor brota por todos lados.

Por más que se quiera tapar el sol con un dedo o por mucho que sea el anhelo que los males no ocurran, solo es cosa de leer la guía de los que ahora son candidatos a la deportación que acaba de circular entre los entes migratorios de Estados Unidos. Hay bastante confusión sobre este tema. El secretario de Seguridad Nacional norteamericano, en su visita a México aseguró: “Quiero dejar muy claro que no va a haber deportaciones masivas” y “el Departamento de Seguridad Nacional actuará conforme a derecho y respetando los derechos humanos”, señaló. “No habrá uso de fuerzas militares en operaciones migratorias”. En Guatemala expresó más o menos lo mismo: “No estamos haciendo deportaciones masivas, pero tenemos leyes que tenemos que respetar, entonces vamos a enfocarnos primero en quienes han cometido delitos”. “No va a haber recolectas masivas, pero cuando se haga la aprehensión de alguna persona, va a enfrentar el sistema estadounidense y se va a poner a disposición de los tribunales”. Explicó que eso incluye un proceso legal más ágil cuando se entra en contacto con un inmigrante irregular, quien será regresado “a su país de una forma más rápida de lo que se ha hecho en una década”. Anunció que el gobierno dispondrá de más recursos para reforzar la frontera. “Eso significa más oficiales de control fronterizo, también más recursos para detenciones en la frontera y también la construcción de una barrera física”. Kelly arremetió contra los traficantes de ilegales conocidos como ‘coyotes’, de quienes dijo “son mentirosos, no les interesa la vida humana, simplemente son depredadores que buscan tomar el dinero de las personas”. “Muchas víctimas sufren torturas, violación y otros vejámenes, el terreno es brutal, peligroso y no perdona, muchos hombres, mujeres y niños han perdido la vida al intentar cruzar este trayecto a Estados Unidos”.

Para algunos inmigrantes y sus angustiados familiares ello lucirá como analgésico de alivio a la zozobra que están atravesando. Cualquier palabra esperanzadora sirve para calmar un poco el desasosiego. Sin embargo ha sido claro que el número de deportaciones va a aumentar. Ahora bien, del otro lado del túnel. ¿Qué han pensado hacer aquí con los repatriados que detienen allá por tener fichas delictivas? ¿Apearlos del avión y regresarlos a sus lugares? ¿Disimular los cargos que les atribuyen sin comprobar la veracidad? El otro factor es la desocupación. En la medida que aumente el número de deportados el problema del desempleo crece. Más bien se multiplica si se toma en cuenta la poca generación de fuentes de empleo.