Política criminal errada La delincuencia es consecuencia de la pobreza extrema ½
Por: Jorge Ponce Turcios
Miembro Junta Nacional de Traspaso de la Policía (1996 – 1998)
Miembro Junta Nacional de Traspaso de la Policía (1996 – 1998)
“…La percepción que tienen los victimarios de que jamás serán alcanzados por la justicia, que sus crímenes serán olvidados, que no habrá ni persecución por parte de las autoridades, ni una denuncia firme y categórica por parte de los mismos afectados”, Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, CONADEH.
La impunidad de los altos titulares de los poderes del Estado, en gran medida, es el mal político, que da origen a la creciente delincuencia común y a la gubernamental que azota al país. Es igual que en el hogar, los hijos son educados según el ejemplo que dan los padres.
La investigación delincuencial en Honduras, como es dicho, no tiene mucha confiabilidad por variadas cambiantes y manipuladas razones, según sea quien las maneja o las manipule y según sea el delincuente. Una cosa está clara; el sistema de lo que es la administración de justicia en el país está corrompida. ¡No funciona!
Esto es demostrado por los datos serios que suministran los organismos internacionales competentes y que además, son manejados por la comunidad internacional. Solamente un gringuito “amigo” de don Juan Orlando es quien dice que en Honduras se han hecho “maravillas” en materia del combate a la delincuencia, pero, indudablemente refiriéndose a las “extradiciones” que a solicitud del gobierno de los Estados Unidos ha accedido el gobierno hondureño.
Pero, la investigación criminal honesta y competente que debe interesar es el que se usa para la toma de las decisiones acertadas en el combate efectivo a la delincuencia común. Es ciencia creada para el estudio y para desentrañar la verdad de la problemática social, vale decir, delincuencial.
Se parte de ellas especialmente para medir la frecuencia y otros aspectos de los hechos antisociales, para consecuentemente, diseñar las políticas correctivas adecuadas. El problema es que, al no manejarse correctamente la medición de los datos, cuyo fenómeno se trata de desentrañar, alejados de intereses políticos sectarios y torpes, los datos de la medición carecen de la confiabilidad de la ciudadanía.
Por esas razones y otras más es que expertos en criminalística social han señalado la incredibilidad y desconfianza de la ciudadanía en la política que ha venido desarrollando de una manera costosa e inefectiva el gobierno de la República.
Prueba de ello lo vemos a diario, además de los datos de organismos especializados que la ciudadanía conoce, y que para vergüenza de nuestro país y el penoso silencio, hasta han sido expuestos por la representante de un gobierno, que aún siendo vergüenza mundial, en el Foro de la OEA y últimamente por el gobierno mexicano.
A propósito de este alto grado delincuencial e impunidad en la administración de los tres poderes del Estado y el gobierno de la República, en gran medida, tratan de atemperar el fracaso de su política, disimulando la pavorosa realidad delincuencial que azota el país, a veces dando explicaciones simplistas, tales como la de que los hechos criminales son producto de guerra entre pandillas o carteles del narcotráfico. Esta es una verdad a medias, el verdadero de las reales causas que vienen dando origen a la descomposición social, por un lado y por el otro la corrupción e impunidad generalizada en los tres poderes del Estado.
Entre estos apremiantes problemas que nos agobian y que están siendo marginados, está la preocupante y creciente desigualdad social (opulencia y miseria) señalada por el Banco Mundial, el BID y la Unión Europea; en Honduras por el abogado, Rodil Rivera Rodil, en su libro sobre la Desigualdad en Honduras y el exfuncionario del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, en su bestseller “La gran brecha”.
Por otra parte, la terrible ausencia de un verdadero y serio sistema general de educación así como de salud. El atraco del IHSS, que todavía no está claro, además de la impunidad que disfrutan los altos beneficiarios del atraco al IHSS y del Trans-455, cuyas pruebas son del dominio público y las declaraciones que un alto funcionario de la MACCIH expresó en el noticiero “Hoy Mismo”, que con detalles se refirió al “atraco” y cuyo expediente lo tiene “retenido” el Ministerio Público, que la misma MACCIH denunció en la entrevista. Manifiesta esto en esa ocasión que en la contabilidad existen esos cheques girados a favor del Partido Nacional de Juan Orlando Hernández y de Ricardo Álvarez con detalles.
A este respecto, en los archivos de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (quizás apolillados) deberían estar los diversos planes y proyectos de leyes que a gran costo fueron elaborados en los gobiernos de Carlos Flores, y Ricardo Maduro, y en la administración laboral de Rixi Moncada, Zelaya ordenó cambiar este buen proyecto por la desgraciada “Cuarta Urna”.
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