Fulleros



Fulleros

Por Jonathan Roussel

Hay políticos que producen solo líos. Los conocemos muy bien. Otros dan resultados inservibles y otros parecen ser los adecuados para la felicidad y desarrollo de las naciones.

Aquí en estos patios nuestros es difícil medir esas posibilidades. El mundo dividido entre quienes hacen política violenta en perjuicio de sus opositores y algunos que proponen la solución en forma tranquila, sin culpar a los demás. Cuestión de percepción y seguramente dé resultados.

Se participa en procesos electorales para ganar el poder. Unos para aplicar sus ideas para la solución de los problemas y otros para destruir.

Hemos tratado de establecer el momento electoral que vivimos. Y poco a poco vamos conociendo las estrategias y las tácticas. El voto duro nacionalista es mayoritario y para ganar basta con que todos voten la planilla completa. Por ejemplo acá en Francisco Morazán y en todo el país deben votar por todos sus diputados sin distraer ni un solo voto. Puede ser que otros crucen a última hora algunos votos de simpatía. Algo sumarán. Pero siempre se necesita el voto en plancha. Aquí en este departamento yo votaré sin distraerme por los 23.

La oposición está compuesta por tres sectores. Uno de esos componentes es Libre, con su posición de siempre. Su líder. Su lideresa y sus seguidores ya muy conocidos. Solo buscan ganar para construir su propio país -¿?-. El siempre cambiante Carlos Montoya y la desubicada Corazón Azul, son una especie de invitados. Aquí no hay problema de mando. “Mel” y punto. Todos juran: sí señor.
Otro componente es el enredo Pinu, y los mal queridos del desaparecido PAC de Nasralla. Nadie los recibe con simpatía. Allí recaló Padilla el “huerfanito” y la “bailarina” que ve amenazado su exclusivo escenario. Hasta es posible que no sea electa. Aquí se ubican algunos favoritos de aquel que ahora es llamado señor de los problemas. Y algunos candidatos sorpresa.

Y viene Nasralla. Siempre en líos. Basa sus desplantes en llamadas de correos electrónicos. Hay que comprobar su veracidad. También pueden ser muy volátiles y desaparecer en un instante como su partido.

Lleno de problemas legales (muchas demandas pendientes por delitos cometidos en perjuicio de instituciones y ciudadanos), cuentan que las dificultades personales ya lo alcanzaron. Fácil pierde la compostura. Lástima que no podremos verlo triunfante, pero hubiera sido muy interesante estudiar esa ingobernabilidad. Dice que gana las elecciones sin saber con cuántos votos, pero sí sabe con cuántos perderá. Complicados cálculos.

La política es un arte y generalmente son los hombres buenos quienes lo ejercen. Pero hay personajes universales que le traen mala fama. Por ejemplo los más conocidos: Fouché y Robespierre. Sus biógrafos dicen que son los más talentosos, pero también aseguran que son los tramposos. Y sus asociados también son alcanzados por esos calificativos. Si fuera el caso, háganse llamar políticos poco afortunados.

Imaginen: Te doy esa posición y tú me das aquella. Este puesto lo reservo para mí y tú quédate con aquel. Este lo dejamos para posibilidades futuras.

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