OEA: La canciller y las cifras



OEA: La canciller y las cifras

Por Juan Ramón Martínez

Aquí, hay un desconocimiento alarmante sobre la política exterior. Lo que debería motivar a los académicos y formadores de opinión, a hacer un esfuerzo para divulgar un poco más, algunos aspectos de su práctica. Por supuesto, no es exclusivo de Honduras. En el mundo entero, los términos “Relaciones Exteriores”, “Política Exterior” y “Diplomacia”, entre otros, empezaron a ser de interés popular hasta en 1918, recién pasada la Primera Guerra Mundial, por motivos evidentes.

El tema no es fácil. El mundo desarrollado tiene este asunto en manos de expertos, de especialistas debidamente formados. Basta un ejemplo: es frecuente la confusión de política exterior con diplomacia. Así se habla, indistintamente de “la política exterior de Reagan” o de la “diplomacia de Reagan”. No es lo mismo. La política exterior son los planteamientos decididos por el estado sobre sus relaciones con los actores externos. La diplomacia es, la forma en cómo esta se ejecuta por los funcionarios respectivos. Un abogado diría, lo mismo que sucede con el Derecho Penal, por ejemplo, y el Derecho Procesal Penal; el segundo es instrumento del primero.

Para complicar el asunto, el término “diplomacia” o “diplomático” se usa de muchas maneras. No siempre referidas a su esencia; ni a su práctica profesional. Decimos lo anterior por el revuelo que ha causado en algunos círculos y entre algunos colegas, la 47 Asamblea General de la OEA, celebrada en Cancún hace algunas semanas. Y las conclusiones equivocadas, derivadas de un manejo inadecuado de la forma cómo la canciller de Venezuela, atacó a la delegación hondureña. Delcy Rodríguez, citando cifras del año 2015 sobre desarrollo humano, pobreza, migración infantil, entre otras, la hicieron lucir “victoriosa” sobre la canciller Agüero que, hablando antes, había solicitado, la solución del conflicto que agobia a Venezuela.

Los argumentos hondureños, pertinentes con el propósito de la reunión, estaban orientados a promover elecciones generales en Venezuela, el diálogo entre las partes, la ayuda humanitaria, y la renuncia del gobierno a convocar una Constituyente ilegal porque, tal cosa, agravaría la situación.

Rodríguez, rehuyó el tema. Contraatacó, usando cifras, dos de las cuales son ciertas, una de ellas de 2015, sobre desarrollo humano y otra sobre pobreza en Honduras. Pero las otras, falsas. Por la dinámica de los dos países, entre 2015 y ahora, la situación ha mejorado en Honduras y ha empeorado, en Venezuela. La canciller Rodríguez dijo que el 25.3 % de los niños hondureños habían migrado hacia México durante este año, sin un adulto acompañante. Eso es falso. El 25% de niños en Honduras equivale a cerca de un millón. Eso no ha ocurrido en Honduras; ni en ningún otro lugar del mundo. Otra falsedad suya, fue que los niños migraban hacia México, cuando lo hicieron hacia Estados Unidos.

Si de cifras se trata, hay que empezar por decir que Honduras es un país pequeño, que hace esfuerzos por desarrollarse. Y Venezuela, antes del chavismo, era una potencia económica regional, rica por su petróleo. Actualmente, por errores económicos de Chávez y Maduro, la devaluación de Venezuela es la más alta del mundo. Pronto será de 2,000%. Honduras el año pasado tuvo un 7%. El salario mínimo en Venezuela, es de $35 dólares mensuales. Aquí, 358 dólares. Pero, además, el problema es el desabastecimiento generalizado. Es angustiante. Hemos visto estampidas humanas viajando a Colombia para adquirir productos básicos. Nada parecido ocurre en Honduras. Jamás hemos visto a nuestros compatriotas corriendo a algún país vecino, a comprar papel higiénico, jabón o medicinas. Sobre estas, el presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana dice que hay un desabastecimiento del 85% de medicamentos; contrastando con Honduras que reporta, un inventario de 80% en sus hospitales. Pero este no es el tema. Lo importante es crear condiciones democráticas para que Venezuela no siga en caída libre. De allí la pertinencia de la respuesta de la canciller Agüero: “Responda cómo van a resolver la crisis que están viviendo”. Harold Nicolson, en su libro “La Diplomacia” albergaba dudas que la “diplomacia multilateral” lo fuera. Es decir, que los debates en las organizaciones internacionales como la OEA, no tienen nada de diplomacia. Oyendo a Delcy Rodríguez en el foro mencionado, estamos seguros que, las dudas de Nicolson estaban, más que fundadas.

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