El consejo de Gálvez y los becarios del Parlacen

El consejo de Gálvez y los becarios del Parlacen

Por Óscar Lanza Rosales
olanza15@hotmail.com

Los familiares y amigos del ingeniero Benjamín Membreño Marín (1913-1996), me han invitado a colaborar en la elaboración de su biografía. Él fue un destacado hondureño, el primer ministro de Agricultura del gobierno progresista de Juan Manuel Gálvez (1949-1954), cofundador de la ANDI, fundador y director del Centro Cooperativo Técnico Industrial y de Educrédito, entre otros. Calificado a nivel nacional e internacional, como un líder creativo y visionario, un servidor público de primer nivel y un gran promotor del bien común.

Haciendo un paréntesis, a los hondureños y extranjeros que trabajaron o se relacionaron con él, o tienen antecedentes de su vida personal o profesional, los invitamos a realizar aportaciones a su biografía, comunicándose con este servidor a mi correo.

Yo laboré con él y conocí su estilo de trabajo, pero ahora que estoy involucrado en su proyecto de biografía, estoy conociendo con mayor profundidad la historia de su vida, principalmente por su gran cantidad de anécdotas, muchas de ellas vinculadas al quehacer nacional de su época.

Con el permiso de sus familiares y amigos, hay una anécdota que relata David Medina, uno de sus colaboradores en Educrédito, que me ha llamado la atención. Dice David, que don Mincho, como cariñosamente se le llamaba, le relató que al inicio del gobierno de Gálvez en 1949, en que comenzó como viceministro de la Secretaría de Fomento, Trabajo y Agricultura, que dirigía el hombre fuerte de ese gobierno, don Julio Lozano, que también se desempeñaba como vicepresidente, se le presentó la oportunidad de representar a Honduras en una reunión de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma, Italia. Don Mincho estaba muy entusiasmado con el viaje, por el país que visitaría, y por todas las actividades que realizaría en su tiempo fuera del horario de la reunión. ¡Imagínense el funcionario más joven del gobierno con apenas 36 años, con el ánimo de disfrutar de todas las bondades de Roma! Muy contento preparó su viaje para salir un sábado, pero resulta que el presidente Gálvez, que le gustaba salir los fines de semana a supervisar los principales proyectos de su gobierno, llamó a Membreño que aparentemente era uno de sus acompañantes preferidos, para que ese fin de semana en que tenía el viaje a Roma lo acompañara al occidente del país. Membreño medio atribulado le dijo al presidente, que tenía previsto para ese sábado su viaje a Roma, y que por eso no lo podía acompañar. Gálvez, que a esa fecha ya era un hombre experimentado, con el perfil del buen estadista, le llamó la atención a Membreño diciéndole que el viaje de supervisión que harían por el occidente era más importante para el país que ir a sentarse en esas reuniones internacionales, tan aburridas e improductivas a veces, como el de la FAO en Roma. Dándole a entender que todo servidor público que esté muy centrado en la efectividad de su función, debe evaluar en cada momento de su gestión, sus prioridades en función del país.

Gálvez dejó con los colochos hechos a Membreño, pero este, como buen pupilo, receptivo a los buenos consejos, siempre tuvo presente esta inolvidable lección en el desempeño de sus grandes responsabilidades que asumió a lo largo de su vida.

Esa lección en lo personal me gustaría que hondureños talentosos y brillantes la meditaran e hicieran suya para evaluar adónde la patria los necesita más, para coadyuvar en el desarrollo económico y social del país. Me da tristeza que hondureños con esas cualidades se refugien por cuatro años en organismos como el Parlamento Centroamericano, que como ya se ha dicho hasta la saciedad, es inoperante, un elefante blanco, que a pesar que por ahí han pasado personajes influyentes en política y otros campos, jamás han logrado vincularlo legalmente a la vida institucional ni de Centroamérica y mucho menos de la región de los países ahí representados.

Con las disculpas de las personas beneficiadas, a ese organismo se va a vegetar, a ganarse un sueldo que no da frutos para el colectivo de países representados. Ignoro por qué la Unión Europea persiste en su idea de mantenerlo vigente, que para lo único que sirve es para erosionar las finanzas de estas pobres naciones y para dilapidar la ayuda que da la misma Unión Europea. Y lo más grave, nos secuestra por cuatro años a profesionales cuyos servicios serían más valiosos en otras ocupaciones en sus respectivos países. Hondureños: ¡Valoremos la lección de Gálvez!

Comentarios

Entradas populares