¿Qué le preocupa al partido de gobierno?

¿Qué le preocupa al partido de gobierno?

Por Edmundo Orellana
Catedrático universitario

Lo que sucede con todo esfuerzo en contra de la corrupción. El orden del día es frenar todo cuanto sea un peligro para los corruptos. No importa de quién o de qué se trate.

La reducción de las penas para los delitos de corrupción disparó las alarmas. Ha habido una reacción general en contra de esta decisión de última hora, recurriendo a la técnica que les ha resultado más conveniente, sorprender a la Asamblea Legislativa en la etapa procedimental de la ratificación del acta de la sesión anterior. Es el momento de apertura de la sesión, en el que normalmente está presente el número de diputados necesario para el quórum y que, generalmente, pocos ponen atención. Se trató de un trabajo tan sucio que recurrieron a un suplente. ¿De dónde vino la orden?
No les importó que estemos apenas a tres meses de las elecciones. En su lógica el poder es para abusar de él, seguros de que nadie puede fijarles límites. Y de lo que se trata es de asegurar que el sistema de impunidad continúe sin alteración significativa.

Por eso no dudan en urdir conspiraciones contra quienes se decidan a luchar contra la corrupción. Ayer, recurrieron a las tentadoras ofertas para seducir a quienes podían convertirse en una amenaza. Eso pasó con el fiscal que inició la investigación del saqueo del IHSS y con el Fiscal General cuando comenzó a rectificar su actitud frente al poder político, por la aproximación de la MACCIH. Es cierto que este no ha bajado el perfil en la lucha contra la corrupción, pero resulta sospechoso que no avance en los casos que, supuestamente, involucran a los círculos de este poder político, no solo de los azules, sino también de otros colores. Por eso, no se avanza en la cuarta urna, en la investigación del paradero de los 20 mil millones del gobierno de facto ni en el supuesto financiamiento de la campaña política del Presidente. El resultado, es que todo mundo está feliz.

Lo curioso es que ya no son tan sutiles. Ahora son más directos, sin escatimar recursos ni medios. Ese es el caso de la directora del CNA. Con ella se han ensañado. No les gusta lo que está haciendo. Desde hace mucho, hay quienes, entre los que me incluyo, vienen advirtiendo que la señora podía ser objeto de represalias, por la conformación de esa asamblea, en la que descansa realmente el poder del CNA.

Forman parte de esa asamblea: el Arzobispado de Tegucigalpa, la Confraternidad Evangélica de Honduras, el COHEP, el Consejo de Rectores de las Universidades, las confederaciones de trabajadores, asociaciones de campesinos, la federación de colegios profesionales, federación de organizaciones privadas, la Asociación Nacional de Empleados Públicos, la AMHON, el FONAC y la Asociación de Medios de Comunicación.

Algunas de estas instituciones se han acercado tanto al gobierno, que parecen apéndices de este, y a otras las manipula. Entre los miembros de algunas de las gremiales, se encuentran quienes han sido investigados por el CNA, particularmente en el saqueo del IHSS. El poder político aprovecha estas circunstancias para formar redes de protección para el sistema de impunidad y vigorizar las arterias por donde fluye la corrupción. Los obstáculos se apartan, con ofertas seductoras o amenazas.

A la abogada Gabriela Castellanos le tocó lo peor. La atacaron, y siguen atacando, desde todos los ángulos. La destitución era el golpe final. No les cabe en la cabeza, a las élites corruptas y machistas, que sea una mujer quien los señale, valientemente, como responsables de la corrupción en el país.

La sociedad, subestimada por aquellas élites, reaccionó masiva y activamente, impidiendo la destitución y quienes la promovieron, se negaron; además de corruptos, cobardes. Al final vencerán las élites corruptas, porque son el poder (político, económico y social), y el CNA volverá a ser lo que era, un refugio de burócratas, inofensivo para los corruptos, protegido por el poder y apoyado por una sociedad civil decadente. Ni pensar, entonces, en atribuirle la acción penal pública. En definitiva, se trata de un mensaje para la MACCIH.

¿A qué le teme el Partido de gobierno? ¿Por qué toma estas iniciativas en pleno proceso electoral? ¿Será que no se siente muy seguro de los resultados de noviembre y quiere mitigar las consecuencias de sus deslices?

En todo caso, repare el distinguido lector, que si son capaces de hacer estas barbaridades en este momento, de qué no serán capaces en un segundo período.

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