La raya continua y los abusos electorales

La raya continua y los abusos electorales

Por Aldo Romero
Periodista y catedrático universitario

La democracia hondureña viene transitando desde hace más de dos décadas por procesos complejos, que más que fortalecerla, más bien la debilitan, esto sin duda, provocado en gran medida por el deterioro de una clase política que ante el desencanto y la falta de respaldo popular, optó por la manipulación de la ley y el abuso de poder para mantener el control de la estructura estatal.

Sin embargo, y a pesar del descontento popular, la pasividad social permite que los políticos de oficio, expertos en hacer ver legal lo ilegal, se aprovechen de las ventajas que les da el poder para fines particulares, prueba de ello, es el reciente anuncio hecho por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), de aprobar la raya continua para la elección de diputados.

Este mecanismo de votación constituye un retroceso en materia electoral, haciendo volver al elector al nefasto voto en plancha, y forzándolo a decidir por una sola opción, acto que ya muchos sectores han calificado como ilegal, antidemocrático y un asalto a la soberanía popular.

No sería de extrañar, como han dicho algunos dirigentes de la oposición y analistas en temas electorales, que la intensión de la raya continua, marcando desde la primera casilla hasta la última, sea la única alternativa que tiene el partido gobernante para retener el control del Congreso Nacional, ante la diversidad de opciones que en esta ocasión se presentarán en la contienda electoral y la falta de popularidad y respaldo de sus actuales diputados y de quienes se postulan en planillas por los diferentes departamentos.

El artículo 124 de la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, referente a las formas de marcar las papeletas electorales, establece claramente que en el caso del nivel electivo de diputados, el elector, deberá poner en la papeleta un número de marcas no mayor a la cantidad de diputados a elegir por departamento y debajo de la fotografía.

Estas marcas deben ser individuales, debajo de la fotografía de cada candidato y no en rayas que abarquen dos o más casillas (Articulo 174), y estas definirán el orden en el que se irá estructurando el Poder Legislativo, (Artículo 193 de la misma Ley Electoral), que ubica en orden de precedencia, a quienes van obteniendo mayor número de marcas en la planilla de cada partido político.

Planteados los argumentos anteriores, la legalidad o no del voto “en plancha” no debe estar en manos de dos magistrados en el TSE, por tratarse de una reforma electoral, debe ser sometido a discusión en el Congreso Nacional y que para entrar en vigencia tendría que obtener la mayoría calificada.

Lo que aquí acontece a todas luces, es que se busca crear una confusión en el electorado, haciéndole ver que la plancha sustituye a la votación individual dejando de lado el espíritu de la ley, que es permitir al ciudadano, votar de manera independiente e inteligente, marcando por las mejores personas de todos los partidos políticos, y no en la obligatoriedad de votar en “manada” como acostumbran los politiqueros del país bajo el argumento vago de “con mi gente gobierno mejor”.

En síntesis el voto en plancha, o en raya continua es ilegal, primero por inducir al elector a votar de manera forzada y distorsionando su voluntad, aplicarlo en los próximos comicios generales es un cambio en retroceso, sería abrir las puertas a un fraude electoral al dar por válido un voto que la ley, ya tipifica como nulo.

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